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Toses, estornudos, congestión nasal, dolor de garganta, fiebre alta, dificultades para respirar... las urgencias de los centros de salud y de los hospitales reciben estos días un goteo de pacientes golpeados por la epidemia de virus respiratorios que barre de norte a sur el país: ... gripe (sobre todo gripe A), covid y virus respiratorio sincitial (VRS), que afecta sobre todo a los bebés.
En solo dos semanas, y según los últimos datos publicados por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Carlos III, los casos de infección respiratoria registrados en Atención Primaria se han disparado un 72%. Han pasado de 526 por 100.000 habitantes a 916, y todo indica que seguirán subiendo ya que el informe no recoge aún los datos de la última semana del año con las celebraciones de Navidad y Nochevieja, sin contar con las próximas aglomeraciones de la cabalgata de Reyes.
Las infecciones alcanzarán su pico «entre la segunda y tercera semana de enero», pronostica Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), una fecha que también corrobora Estanislao Nistal, virólogo y profesor de microbiología de la Universidad San Pablo CEU.
Lo cierto es que la epidemia de gripe está poniendo a prueba las costuras del sistema sanitario que, de momento, está funcionando a costa de unas urgencias desbordadas y una sobrecarga de trabajo para médicos y enfermeras, agravada por las vacaciones navideñas de parte del personal.
La mascarilla dejó de ser obligatoria el pasado julio en centros sanitarios con algunas excepciones, pero ahora los médicos aconsejan que volvamos a emplearlas si tenemos algún síntoma respiratorio.
Hay que lavarse bien las manos y «varias veces al día» porque son portadores de gérmenes. Sin olvidar ventilar las habitaciones cuando se han acumulado personas.
Es recomendable que los mayores de 60 años, los niños de entre 6 meses y 5 años y las personas con patologías de riesgo se vacunen de la gripe.
«El pico de la gripe y de las infecciones respiratorias que comenzó a mediados de diciembre ha ido creciendo paulatinamente y con las reuniones familiares de Navidad se ha disparado, saturando las urgencias extrahospitalarias. Siempre existe un incremento por estas fechas, pero lo que está ocurriendo ahora es exagerado», ilustra Armenteros, que, como médico de familia del Servicio Gallego de Salud, está viendo al doble de pacientes de lo habitual, unos 60, «y cerca del 80% viene por causas respiratorias, la gran mayoría por gripe A», detalla el portavoz de la SEMG.
La vallisoletana Verónica Casado, elegida mejor médica de familia del mundo en 2018, atendió ayer a 64 pacientes, de los que solo tenía agendados 34. El resto le llegaron por la vía de urgencias, la mayoría con enfermedades respiratorias y gastrointestinales. «Dentro de las enfermedades respiratorias había catarros, gripes, bronquitis, reagudizaciones de asma y de EPOC, y hasta sospechas de neumonía», cuenta Casado, todavía con fuerzas para atender a este periódico tras una jornada extenuante. «Hay que tener en cuenta que en estos momentos tenemos una triple epidemia de gripe, covid y VRS», describe la doctora para reseñar la alta incidencia de casos.
De hecho hay pacientes que entran a la consulta pensando que tienen un catarro y salen con un diagnóstico de covid tras realizarse allí mismo el test de antígenos. «Gripe, covid y catarro son difíciles de distinguir. Cuando la covid es de baja intensidad se parece más a un catarro, con congestión y molestias corporales, pero generalmente con poca fiebre. Y sin embargo, también podemos tener cuadros gripales que se caracterizan por fiebre muy alta y dolor generalizado del cuerpo que a veces es difícil distinguir de una covid por lo que hay que hacer el test de antígenos».
Por eso cada vez más pacientes se realizan el test por su cuenta comprándolo en una farmacia (2,94 euros). El boticario madrileño José Luis Tuset ha vendido en diciembre 240 pruebas, el doble que en noviembre. «Nos los piden muchísimo porque un mismo test identifica si tienes gripe A, gripe B o SARS-CoV-2».
Sea gripe o covid, el tratamiento es el mismo: antitérmicos, analgésicos, antiinflamatorios, beber mucha agua «y seguir las medidas de prevención».
Entre estas medidas, tanto Casado como Armenteros recomiendan el uso de la mascarilla. «Si una persona empieza a tener un cuadro catarral o gripal o una sospecha de covid, tiene que ponerse la mascarilla; primero para no coger ninguna otra infección más y segundo para no transmitir el virus. Estos días ha habido muchas reuniones familiares con personas que podían tener cuadros respiratorios, y como se ha perdido la costumbre de llevar la mascarilla en entornos cerrados, el virus se ha propagado con más facilidad», argumentan.
«Todo paciente que venga a un centro de salud con síntomas respiratorios o fiebre debe llevar mascarilla», señala Raquel Alfaro, portavoz de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). De hecho ya hay comunidades como Galicia, donde, desde esta semana, el uso de los protectores es obligatorio en centros sanitarios. Esta misma medida la está barajando la Comunidad Valenciana. «La mascarilla debe formar parte de una cultura preventiva y solidaria; preventiva para nosotros y solidaria para los demás para no contagiarlos», añade Armenteros.
Todos los expertos consultados hacen un llamamiento a la vacunación tras constatar que este otoño-invierno la tasa ha descendido. «Es recomendable que los mayores de 60 años y las personas con patologías de riesgo se vacunen contra la gripe y el covid». Y apelan a volver al hábito del lavado frecuente de manos para reducir la transmisión de virus.
«Hay virus como el rinovirus o el adenovirus fácilmente transmisibles a través de los restos de estornudos que dejamos sobre superficies, o que quedan en nuestras manos cuando nos tapamos la boca y luego damos la mano a otra persona. Esta es otra vía de transmisión muy común. De ahí, la importancia de lavarse las manos», apostilla el virólogo del CEU Estanislao Nistal.
Las infecciones respiratorias tardan unas 48 horas en desenmascarar cuál es la causa. En esas primeras 48 horas, y antes de acudir a los centros de salud para no saturarlos más, se debe realizar lo que los médicos de Atención Primaria denominan «autoconsumo de fármacos responsable», es decir recurrir a los fármacos que se han empleado otras veces con resultados efectivos, pero en dosis bajas. «Por ejemplo el paracetamol de 650 miligramos o el ibuprofeno de 400 miligramos», detalla Lorenzo Armenteros, médico de familia y portavoz de la SEMG. Si a las 48 horas, ese tratamiento reduce la sintomatología «es muy probable que no se necesite ni acudir al centro de salud». S olo en el caso de que la fiebre dure más de cuatro días, que haya dificultades respiratorias, o que los dolores o las manifestaciones vayan en aumento, «se debe acudir al médico». Armenteros apela a l sentido común para regular la afluencia a los centros de salud «en un momento de máxima incidencia». Y ante la duda, el paciente puede recurrir a los test de antígenos que venden en las farmacias, y que identifican gripe A, gripe B y covid. «Si sale positivo se puede contactar con el médico para una consulta».
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