La atención primaria, tal como está concebida actualmente en España, es «una trituradora de vocaciones», reconoció este viernes, sin aplicar ningún paliativo, la ministra de Sanidad, Mónica García. Atender a hasta 60 pacientes cada día, una burocracia excesivamente rígida o unas condiciones peores que las ... de cualquier otra rama sanitaria explican que esta especialidad, el pilar de cualquier sistema nacional de salud, se haya convertido en España en un agujero negro.
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En un ejercicio de realismo ante una situación muy preocupante, García y los consejeros autonómicos celebraron un Consejo Interterritorial extraordinario en el que abordaron el principal problema del sistema, la falta de profesionales. Como medidas de choque para paliar esta carencia, y a la espera de llegar a otros acuerdos más concretos, Sanidad y las comunidades se comprometieron a cuatro iniciativas que representan un punto de partida: flexibilizar la acreditación de las unidades docentes que deben formar a los MIR, con lo que esperan aumentar el número de médicos en los centros de salud; mejorar las condiciones laborales de los profesionales, lo que supone delimitar las competencias y avanzar hacia la desburocratización; completar la inclusión de los médicos en el Registro Estatal, una decisión que permitiría conocer el número de profesionales que necesita el sistema, y crear una comisión permanente que se dedique a evaluar con periodicidad los problemas de la atención primaria.
En el corto plazo, el Ministerio de Sanidad pondrá en marcha la semana que viene un grupo de trabajo que analizará los criterios de acreditación de las plazas de la formación sanitaria de primaria, «respetando siempre la calidad de la formación de los profesionales», señaló la ministra y en «dos o tres semanas» se reunirá la Comisión de Recursos Humanos del Ministerio, que deberá concretar esta flexibilización.
Son las comunidades las que deben ofertar y acreditar nuevas plazas MIR, pero es labor del ministerio establecer los criterios de esa acreditación. Las once comunidades del PP, que son mayoría en el Interterritorial, se han marcado como objetivo la creación de mil nuevas plazas MIR de medicina de familia y comunitaria en los próximos cuatro años.
«Hablar de atención primaria es hablar de profesionales, de accesibilidad, de gestión de la demanda, del enfoque comunitario, de la desburocratización, de la capacidad de resolución y de la investigación», resumió García, que destacó la sintonía con las comunidades autónomas, encargadas, en última instancia, de «ofrecer buenas condiciones de trabajo a los profesionales», recordó.
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Formar nuevos médicos es un proceso largo y complejo, pero en la situación actual, mantenerlos en la atención primaria también se revela una misión imposible. Mónica García explicó que dependiendo de las comunidades, «entre el 50 y el 90%» de estos especialistas abandona la primaria cuando termina la residencia al comprobar que las condiciones laborales son tan duras que no permiten ejercer la profesión con dignidad. Según los datos de las sociedades médicas, tres de cada cuatro doctores de la primaria se declaran 'quemados'. Como incentivo para evitar la fuga de médicos hacia otras especialidades, ocho autonomías ya ofrecen a sus residentes de atención primaria contratos de dos años o fijos cuando acaban en MIR, una medida que García invitó a tomar al resto de las comunidades.
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