Sanidad se alía con los médicos para impedir a las autonomías bloquear su plan antitabaco

Mónica García pretende evitar que la dilación en la aprobación del plan que varias comunidades autónomas provocaron hace una semana, en la reunión de la Comisión de Salud Pública, cuando algunos directores generales rechazaron votarlo y le pidieron más tiempo para estudiarlo y enmendarlo, se convierta en un tira y afloja de cariz político que postergue o frene el paquete de reformas para acorralar el tabaquismo.

Con este temor en mente, la ministra ha decidido blindarse frente a la próxima reunión de la Comisión de Salud Pública, a celebrar el Miércoles Santo, en la que deben debatirse las alegaciones de las autonomías y, si no hay neuvos obstáculos, aprobar el plan. García se reunió hoy con las principales sociedades científicas y médicas del país y con algunas de las ONG de infancia y juventud más representativas, que dieron un apoyo sin fisuras a su plan contra el tabaco, incluidas las medidas más polémicas y ambiciosas, y que expresaron su urgencia en que esta estrategia reciba el plácet inmediato de todos los poderes públicos, para poder trasladar los acuerdos a medidas y reformas legales concretas los antes posible.

La titular de Sanidad no ocultó sus intenciones. En la rueda de prensa posterior al encuentro, con los responsables de las sociedades y ONG escuchando y aplaudiendo en primera fila, ha dicho que «las próximas semanas serán claves» para la aprobación del plan y quiere acudir a las citas con las autonomías -si la Comisión de Salud Pública valida el documento el 27 de marzo los consejeros deberán dar el sí definitivo una semana después- dejando claro que su departamento y su documento cuentan «con todo el consenso y apoyo de las sociedades y las organizaciones sociales».

De hecho, García añadió que los profesionales sanitarios, activistas y científicos no solo están de acuerdo con reducir al mínimo los lugares donde se pueda fumar o vapear, sean públicos o privados, si no que piden que «seamos valientes» y que las reformas y medidas se lleven lo más lejos posible. Una de las organizaciones presentes, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), emitió una nota para ratificar las palabras de la ministra. Expresa su «preocupación» por el retraso en la aprobación del plan causado por «la falta de consenso entre las distintas regiones», da su apoyo expreso y sin matices al documento e «insta» a las autoridades a «dar prioridad al alcance de un acuerdo».

Preguntada sobre si contempla que en la Comisión de Salud Pública o en el posterior y decisivo Consejo Interterritorial de Salud pueda producirse obstruirse el plan por parte de las autonomías, entre las que una mayoría, 11 de 17, están gobernadas por el PP, la ministra dijo que nadie entendería ese escenario. «Más allá del ruido político, las autonomías son consecuentes y responden a la necesidad de cuidar la salud de sus ciudadanos. Me sonaría muy raro que en 2024, tras toda la evidencia científica existente, se utilice este tema de consenso para hacer de ello un frente político», advirtió. Pero, por si alguien todavía baraja esa tentación, añadió que «mecemos contundencia y sacar adelante este plan» y avisó a quienes aún dudan de que «si tenemos que elegir entre humo y vida, el ministerio siempre elegirá vida».

García dejó claro que no transigirá en la lucha contra un hábito de riesgo que provoca en España 50.000 muertes al año (140 cada día), que desencadena hasta 16 tipos de cánceres distintos y que siega cada ejercicio la vida de 450 personas que no fuman, pero que sí que están expuestas de continuo a ambientes con humo del tabaco o del vapeo.