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El Ministerio de Consumo ha terminado una radiografía en profundidad del juego en España. De los miles de datos recogidos se pueden extraer muchas conclusiones, pero dos son especialmente relevantes y preocupantes, según destacó el propio titular del departamento, Alberto Garzón. Una es que la ... tasa de españoles con indicios de sufrir una ludopatía o de poder caer en esta enfermedad se dispara entre los que hacen sus jugadas a través de las web y los casinos de internet. La otra, que los síntomas que predicen el juego problemático alcanzan ya tasas altísimas entre los jóvenes.
Los autores del estudio defienden que es un análisis muy representativo del perfil del jugador de azar español porque la encuesta se le hizo a 20.000 personas de más de más de 15 años en todas las comunidades y provincias, con un cuestionario exhaustivo (tardaban unos 45 minutos en rellenarlo) que en el 85% de los casos se completó de forma presencial, en la intimidad del domicilio. Dedicaron al proyecto ocho meses de trabajo.
En España participó en algún tipo de juego de azar en los últimos doce meses la mitad de la población, aunque lo cierto es que casi el 80% de quienes jugaron solo lo hicieron a sorteos de loterías o cupones. El otro 18,8%, además de con las loterías, probó suerte con el resto de modalidades de azar. El segundo juego con más tirón popular, con mucha diferencia, fueron las apuestas, con un 12,5% de los que invierten algún dinero en este sector. Con porcentajes de entre el 4% y el 5% de los jugadores están el bingo y las tragaperras y con menos de 3%, la ruleta y las cartas.
El trabajo tiene como uno de sus objetivos principales detectar cuántos jugadores presentan síntomas de juego problemático. La respuesta es que unos 385.000 españoles mayores de edad, el 2% de los que jugaron en el último año, podrían tener una relación de riesgo con esta actividad. El cuestionario les preguntó por los nueve rasgos que delatan el juego problemático, que se considera patológico cuando existen al menos cuatro de ellos. Apostar cada vez más dinero, irritación al abandonar el juego, buscar la revancha tras las pérdidas, ocultar el hábito o poner en riesgo el trabajo o la vida social por el juego, son alguno de ellos.
El grueso del colectivo con síntomas de riesgo de desarrollar algún grado de ludopatía está entre quienes juegan 'online', el 7% del total. De hecho, la tasa de ciudadanos con indicios de juego problemático es de entre el doble o el séxtuple, según la modalidad, entre los que usan los canales digitales que entre quienes van a los locales de loterías y apuestas tradicionales, a los bares o a los casinos físicos. El juego 'online' con mayor tasa de usuarios problemáticos son las tragaperras, con el 55% de los que se conectan, seguido por el bingo (39%), las cartas y la ruleta, sobre el 30%, y las loterías instantáneas, 25%. Pero los jugadores con riesgo de adicción también se dan en el ámbito presencial, de manera muy destacada en las tragaperras, las cartas y la ruleta.
El segundo elemento más preocupante, según Garzón, son los importantes indicios de juego problemático que ya se observan entre los más jóvenes. De hecho, el perfil del jugador español cada vez es más precoz. Un 22% es menor de 25 años. Empiezan con el juego presencial, pero pronto se convierten en jugadores digitales, sobre todo en apostadores. Dos bloques de datos abonan la alarma.
El primero, que entre los chicos de 18 a 25 años que juegan un 36,5% lo hace en las web de apuestas deportivas, un 28% usa la ruleta digital y un 24% participa en las timbas de internet. Lo peor es que entre el 12% y 23% de ellos, según el tipo de apuesta, presentan indicios de juego problemático, con el mayor número entre los apostadores, pero con la tasa más alta entre los aficionados a la ruleta 'online'.
A las chicos de 15 a 17 años encuestados no se les preguntó por estos indicios, porque legalmente no pueden jugar, pero se obtiene información que delata que no son ajenos al juego problemático. Se sabe que uno de cada cinco usuarios de videojuegos que adquiere 'cajas botín' admite síntomas adictivos y, al tiempo, también se sabe que el 24% de los adolescentes españoles realiza estas compras sorpresa con las que espera lograr el arma que necesita para ganar, la herramienta o la clave con que superar el reto que tiene planteado, el paso a otras fases de la competición o el delantero FIFA que mete más goles.
El Ministerio de Consumo, de hecho, mantiene entre sus proyectos pendientes aprobar una norma que prohíba los cofres de recompensa para menores. Considera que no son más que un juego de azar encubierto, con riesgos similares. Cuando se paga el cofre, la caja se abre y desvela el premio. La mayoría de veces, indica el departamento de Garzón, le sigue la decepción y el chasco, pero el juego permite volver a probar suerte con un nuevo cofre y un nuevo pago, y así hasta que se quiera o se pueda.
El trabajo indica que el juego ilegal, no obstante, parece tener poca presencia en España. Solo el 0,14% de ciudadanos dice haber usado locales físicos de juego no autorizados, web sin licencia o loterías clandestinas.
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