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María del mar Ruiz
Martes, 14 de abril 2020, 15:11
Seguro que en estos días de confinamiento, y como consecuencia de un uso prolongado de las pantallas del ordenador, tablets, teléfonos móviles, consolas de videojuegos y la propia televisión, muchas personas perciben al final de la jornada que no ven bien del todo, y ... que le lloran los ojos o están ligeramente irritados. Estos síntomas, tanto en personas con defectos de visión como en las que poseen una salud visual a prueba de bombas, tienen una explicación muy sencilla: se trata del Síndrome Visual Informático.
Es un trastorno provocado por el sobresfuerzo de los ojos. Pasar más de dos horas seguidas frente a una pantalla, sin hacer pausas o tomar una serie de medidas preventivas, puede ser causa suficiente para sufrir, en mayor o menor medida, el Síndrome Visual Informático.
Al permanecer muchas horas delante de una pantalla, disminuye de forma involuntaria la frecuencia de parpadeo y por lo tanto se altera la secreción lagrimal. Nuestros ojos están diseñados para funcionar a pleno rendimiento mientras estamos despiertos. Por lo tanto, la sensación de fatiga visual no aparece por 'usar' mucho los ojos durante el día, sino por hacerlo en condiciones inadecuadas. Lo normal es que podamos parpadear 20-25 veces por minuto. Esto favorece que las lágrimas se distribuyan por la córnea, lo que proporciona una adecuada hidratación al globo ocular. Pero cuando fijamos la vista en una pantalla, parpadeamos muchísimo menos.
Parpadeamos de media unas 20 veces por minuto. Cuando vemos la tele, se reduce a un promedio de 12 veces. Pero ante una pantalla de móvil o de ordenador, que a menudo requiere que le prestemos mayor atención, parpadeamos solo unas 9 veces por minuto. Cuanto más atención prestamos, menos parpadeamos.
El problema se acentúa si a todo esto se suma a una mala iluminación de la habitación, realizar tareas que necesitan fijar la vista en distancias muy cortas, pequeños defectos refractivos no corregidos, y ambientes demasiado secos o mal ventilados. Ocurre a veces que ni siquiera hacemos caso de las señales de aviso que el cuerpo nos manda, porque estamos muy concentrados en la tarea a desempeñar y en la información que recibimos a través de las pantallas. No somos conscientes del cansancio y la fatiga. Y cuando los síntomas de incomodidad son enormes, la sequedad y fatiga ocular ya vienen acompañadas incluso de dolor de cabeza, de cuello y de hombros.
Hay factores que pueden acentuar los síntomas, como haberse operado de cirugía refractiva o cataratas, tomar ciertos fármacos o sufrir alguna enfermedad que disminuya la producción o composición de la lágrima. Estos no son los más frecuentes, y un ojo sano puede estar muy afectado. La buena noticia es que la solución está en nuestras manos. Es lógico pensar en consultar a un profesional de la salud ocular para saber si hay un problema de fondo, pero mientras tengamos que estar en casa, sigamos unos consejos muy sencillos.
Para empezar, conviene hacer pausas de quince minutos cada dos horas para que los ojos descansen. Levantarse, caminar un poco y dirigir muestra mirada a puntos alejados relajará la postura corporal y la tensión ocular. Al detalle:
-Sigue la Regla del 20 para que tus ojos descansen: cada 20 minutos, descansa 20 segundos, parpadea 20 veces, mirando a unos 20 pies, el equivalente a 5 metros. Aplicaciones como https://breaktimer.app/ desconectan la pantalla de modo automático cada cierto tiempo. Es una forma de recordar que hay que parpadear.
-Trabaja con buena iluminación; si es luz natural mejor. Tengamos en cuenta que a partir de los 45 años se necesita casi el doble de luz que a los 20 para realizar la misma tarea visual o apreciar los mismos detalles. A partir de los 60 años, se requiere de tres a cinco veces más de luz.
-Evita reflejos en las pantallas de los ordenadores o móviles, algunas veces proceden de las ventanas o fuentes de iluminación.
-Coloca filtros protectores para disminuir la luz que emiten estos dispositivos. A través de la web https://justgetflux.com/ se puede codificar la intensidad de las pantallas en función de la hora solar y tipo de iluminación.
-Gradúa bien la pantalla del ordenador. Las normas aconsejan que el borde superior quede a la altura de los ojos. Es conveniente además que la pantalla tenga unos 10 o 15 grados de inclinación.
-Una buena postura del cuerpo ayuda también a reducir la tensión en cuello y espalda, y a mantener una distancia mínima de trabajo de unos 50 centímetros.
-Fuerza el parpadeo y mantén los ojos cerrados cada cierto tiempo durante 20 segundos, así se protege la delicada superficie ocular y descansa la vista.
-Utiliza lágrimas artificiales para hidratar los ojos. Las famosas gotitas para los ojos. Las puedes encontrar en las ópticas o las farmacias. Tienen diferentes composiciones y formatos. Pide consejo al optometrista u oftalmólogo. No hay que automedicarse, no todas las gotas son lágrimas artificiales. Los farmacéuticos también pueden aconsejarte. El suero fisiológico que se usa en ocasiones para lavados oculares o aclarado de las lentillas, no está indicado para hidratar o lubricar.
Cuidemos nuestros ojos. Son una ventana al mundo, a la información y la comunicación con los demás. Ahora más que nunca nos damos cuenta de ello.
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