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Miércoles, 23 de noviembre 2016, 16:22
La edad con la que se inicia el consumo de alcohol en España se sitúa entre los 13 y los 14 años, según la última encuesta del Plan Nacional contra las Drogas, lo cual no puede banalizarse por acarrear serios peligros tanto para el individuo ... como para la sociedad.
«Iniciarse a esas edades se asocia con una mayor frecuencia de síntomas psicopatológicos, como hostilidad y agresividad, así como una mayor probabilidad de padecer trastornos mentales en etapas más avanzadas de la vida», asegura el doctor José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría y director científico de la Unidad de Personalidad y Comportamiento (Orientación Familiar y Personal) del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo. «Su uso a estas edades se asocia con fracaso escolar, mayor riesgo de sufrir accidentes o de dañar espacios públicos, aumento de conductas de riesgo, como consumo de otras drogas o practicar sexo sin protección. Además eleva el riesgo de depresión, suicidio y trastornos de personalidad».
¿Cuáles son los signos que alertan a los padres cuando sus hijos consumen alcohol? Las señales inequívocas de que abusan de sustancias como el alcohol son tanto psicológicas como físicos y cognitivas. Y son:
-Cambios drásticos en el rendimiento académico, con dificultad para concentrarse.
-Déficit de memoria a corto plazo.
-Nuevos grupos de amigos.
-Pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas.
-Depresión, cambios de humor y ansiedad.
-Disminución de la higiene personal.
-Súbita e inexplicable necesidad de dinero.
-Olor a alcohol en la respiración o la ropa.
-Ojos vidriosos o inyectados de sangre.
-Piel enrojecida.
-Discurso torpe y distorsionado.
-Cambios en el patrón de sueño.
-Notable deterioro de la apariencia física.
-Problemas de coordinación o visión doble.
Ante el consumo de alcohol por parte de menores de edad no cabe una actuación permisiva. «Los adultos sabemos, pensamos e interiorizamos de forma constante que hay comportamientos adolescentes difíciles de frenar, pese a largas charlas y consejos», advierte el doctor Carrasco. «Y una supuesta forma de creer que se puede controlar el abuso del alcohol es por medio de la supervisión de los botellones. Pero los menores siguen siendo niños indefensos incapaces de cuantificar el alcance de sus actos. Ofrecerles la posibilidad de utilizar recintos, espacios, vigilados por policía y con la seguridad de ambulancias apostadas, para consumir, es enviarles justamente el mensaje contrario que deseamos que interioricen».
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