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Lunes, 18 de abril 2016, 20:27
El aislamiento social es uno de los primeros indicadores de la aparición de diversas enfermedades psiquiátricas y neurológicas comunes, pero es un síntoma que puede estar causado por procesos neurobiológicos muy diferentes. Para encontrar las causas biológicas que hay detrás del aislamiento social, la Iniciativa ... de Medicinas Innovadoras (IMI) europea ha puesto en marcha un programa para conocer más sobre las personas que evitan amigos, familia y redes sociales.
«Las enfermedades mentales suponen una inmensa carga para los pacientes, sus familias y toda la sociedad», explica Pierre Meulien, director ejecutivo de IMI. «Uniendo a expertos líderes de la industria y académicos, el proyecto PRISM está bien posicionado para mejorar la comprensión de las causas subyacentes de los desórdenes mentales y contribuir así a allanar el camino para los nuevos y efectivos tratamientos que esperan los pacientes».
El estudio medirá la actividad cerebral y el comportamiento de un grupo de pacientes diverso con la utilización de una variedad de técnicas nuevas y existentes, desde fMRI y análisis de sangre hasta aplicaciones para visualizar el comportamiento en smartphones. El proyecto correlacionará simultáneamente estas actividades con los niveles de aislamiento social, centrándose inicialmente en la enfermedad de alzheimer y la esquizofrenia, pero también observando la depresión mayor. Esto deberá permitir a los científicos comprender exactamente qué parámetros biológicos correlacionan con los diferentes síntomas clínico.
«La atención en salud mental necesita nuevas vías para superar los límites en el diagnóstico y llegar más allá hasta las causas biológicas subyacentes», asegura Martien Kas, coordinador del proyecto y profesor del Centro Médico Universitario de Utrecht y de la Universidad de Groningen, en Holanda. «Necesitamos biomarcadores para la salud mental, del mismo modo que utilizamos el análisis de sangre para la diabetes. Si podemos utilizar las técnicas disponibles para medir objetivamente y eliminar las causas del aislamiento social, este proyecto abrirá una vía totalmente nueva para entender las causas y el tratamiento de la enfermedad mental».
La idea es lograr diferenciar a los pacientes según diferentes parámetros biológicos y relacionarlo con la genética y la bioquímica interna. «Esto nos debe permitir identificar dianas biológicas específicas en las que actúan los fármacos», prosigue el profesor Kas. «En estos momentos, no sabemos donde podremos llegar, pero esperamos que esta nueva comprensión nos conduzca al descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas o incluso a un mejor uso de los antiguos fármacos».
Finalmente se evaluará si el aislamiento social es un síntoma que necesita un tratamiento común o diferenciado dependiendo de que aparezca en una enfermedad o en otra, como esquizofrenia, depresión, alzheimer. «El estudio se realizará incorporando nuevas tecnologías como software en teléfonos para medir el aislamiento social en personas y la integración de modelos animales con ensayos en personas afectas con estas enfermedades», concluye el doctor Celso Arango, director científico del CIBERSAM y coordinador de este proyecto en España. «Es importante recordar que los síntomas negativos como el aislamiento social son de los que más influyen en el pronóstico y carga social de estas enfermedades».
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