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Lunes, 15 de febrero 2016, 20:19
Las personas con trastorno de ansiedad tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como enfermedades del corazón, dolor crónico o úlcera péptica, según un estudio de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, en el que ha participado el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones ... Médicas (IMIM). Con una muestra de 47.000 personas de 17 países, la investigación se centró en la relación de los trastornos mentales con 10 patologías: artritis, dolor crónico, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, hipertensión, diabetes, asma, enfermedad pulmonar crónica, úlcera péptica y cáncer.
Publicado en JAMA Psychiatry, el trabajo encontró que los trastornos de salud mental (ansiedad, control de los impulsos y los trastornos por uso de sustancias) se asocian a un mayor riesgo de aparición de una amplia gama de enfermedades crónicas físicas. Los hallazgos del estudio sugieren que los efectos nocivos de los trastornos mentales en la salud física se acumulan durante toda la vida y aumentan con la comorbilidad con el trastorno mental. Por este motivo, el tratamiento de todos los trastornos mentales debe incorporar también la atención a los comportamientos de salud y a la salud física, aseguran los investigadores, entre los que se encuentra el doctor Jordi Alonso, director del Programa de Epidemiología y Salud Pública del IMIM e investigador del CIBERESP.
El estudio concluye que existe una asociación estadísticamente significativa entre los trastornos mentales estudiados y la aparición posterior de las 10 patologías físicas estudiadas. Se descubrió que, a pesar de tener en cuenta el efecto de factores de riesgo conocidos, las personas con algún trastorno depresivo, de ansiedad, de control de los impulsos o de abuso de alcohol, tenían un mayor riesgo de desarrollar cualquiera de las patologías físicas crónicas estudiadas. Se estima que la presencia de un trastorno mental podría ser la causa de entre el 1,5 y el 13% de la aparición de las enfermedades crónicas analizadas, sostiene el estudio.
Hay que integrar las intervenciones dirigidas a la prevención primaria de las enfermedades físicas crónicas en el tratamiento de todos los trastornos mentales, prosiguen los investigadores. Esta prevención hay que hacerla tanto en la atención primaria como en la hospitalaria, y poder ser, desde las primeras etapas de debut de la enfermedad mental. Esto ayudará a los pacientes a tomar mejores decisiones sobre su estilo de vida que tendrán un impacto duradero en su salud física.
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