Joven sostiene un porro en su mano.

España, uno de los países con mayor consumo de cannabis en adolescentes

Por razones de maduración cerebral y personal, la población de menos de 20 años está más expuesta a las consecuencias negativas del consumo de esta droga

redacción

Miércoles, 30 de diciembre 2015, 11:39

En España, la edad de inicio de consumo de cannabis está entre los 13 y 15 años y es uno de los países de Europa con mayor consumo entre los adolescentes. Aunque cada persona tiene diferentes motivos para empezar a consumir, los más frecuentes son: ... por un lado, que la droga está disponible en el entorno. Por otro, ciertos 'mitos' que normalizan el consumo y hacen creer que no hay riesgo alguno. «Por razones de maduración cerebral y personal, la población de menos de 20 años está más expuesta a las consecuencias negativas del consumo de cannabis», explica la la doctora Sabrina Sánchez Quintero, psicóloga clínica del Programa de Conductas Adictivas y Patología Dual del Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica HM Puerta del Sur.

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Efectos del cannabis

Los efectos inmediatos dependen de factores como la cantidad, la concentración de tetrahidrocannabinol (THC), principio activo de esta droga, la constitución biológica y otras características psicológicas (expectativas positivas, ambiente en el que se consume, estado de ánimo previo y experiencias previas). Pero los más comunes son hilaridad, alteraciones perceptivas, torpeza, lentitud, taquicardia, hambre y fatiga.

A largo plazo, los efectos son:

-Dependencia: alrededor del 10% de fumadores esporádicos desarrolla dependencia.

-Aumento del riesgo de enfermedades respiratorias.

-Deterioro de las capacidades cognitivas: memoria, atención y aprendizaje.  Este riesgo es mayor cuando el consumo se inicia en la adolescencia.

-'Síndrome amotivacional': desinterés general por todo lo que le rodea.

-Mayor probabilidad de trastornos psiquiátricos en personas vulnerables: psicosis, ansiedad, depresión. 

-Consecuencias sociales: abandono y fracaso escolar; problemas de convivencia, irritabilidad, discusiones.

La doctora Sánchez explica que «aunque se ha descrito un patrón de escalada que empezaría con tabaco y alcohol, continuaría con cannabis y culminaría con otras sustancias (heroína o cocaína), no ocurre necesariamente en todos los que fuman cannabis. Muchos consumidores cierran su ciclo del consumo con la abstinencia y la adopción de hábitos saludables». 

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¿Cuándo hay adicción?

Cuando ocupa un lugar central en su vida, cuando intenta dejarlo y no lo consigue, o cuando tras dejarlo hay muchas recaídas. Si al dejar de fumar, aparecen síntomas como irritabilidad, ansiedad, pérdida de apetito, aumento del consumo de tabaco, insomnio y dificultad de concentración, puede sospecharse un cuadro de abstinencia de cannabis por dependencia del mismo. Sin duda, es el momento de solicitar una valoración y una eventual ayuda profesional.

Cómo hablar con un hijo consumidor

Muchos padres se preguntan cómo deberían actuar si descubren que su hijo consume cannabis. Para ello, la piscóloga explica las pautas a seguir: «Lo recomendable es acercarse tranquilamente a él para preguntarle por sus motivos para consumir. Al mismo tiempo, hay que transmitirle firmemente la idea, hoy bien contrastada, de que el consumo a esa edad tiene riesgos  para su salud y que no lo aprueban. Si no es suficiente, se le puede ofrecer ayuda profesional».

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En los tratamientos profesionales, el abordaje es interdisciplinar y adaptado a las necesidades de cada caso, e incluye tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos en diferentes formatos. Si el joven rechaza la ayuda, también se ofrece asesoramiento a padres 'perdidos'.

Mitos sobre el cannabis

Muchos mitos provienen de hechos que, teniendo una base real, están muy distorsionados. Por poner un ejemplo, hay quien defiende que el cannabis es «natural» y, por tanto, «no es nocivo». Quien dice esto olvida dos hechos, según la experta: primero, que no todo lo natural es  saludable (la cicuta es veneno natural); y segundo, que actualmente las plantas y el hachís son adulterados para modificar la concentración del THC.

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En nuestro Servicio, apunta la psicóloga, se abordan estos temas con los pacientes, para favorecer su pensamiento crítico y que no se crean todo lo que les cuentan los medios defensores del consumo.

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