redacción
Viernes, 19 de junio 2015, 10:55
El estigma de las enfermedades mentales, y la depresión lo es, es que quien las padece siguen sin atreverse a hablar de ellas, menos aún a confesar que las sufren. De hecho, y según el estudio de opinión Lundbeck La depresión y la ansiedad en ... el entorno laboral, casi una de cada tres personas (30,1%) no comunicaría en el trabajo que padece depresión y el 37,4% no sabe si se lo comunicaría a alguien.
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Para el doctor Miquel Roca, de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca , «el estigma de las enfermedades mentales sigue siendo un tema pendiente, sin resolver, en el que cuesta muchísimo dar pequeños pasos. Y la depresión es un ejemplo claro. En el entorno laboral ello se traduce, como han mostrado otros estudios, en enormes dificultades de pacientes con depresión para comunicarle su situación a sus compañeros de trabajo, a sus jefes más inmediatos, a su entorno...».
Y eso que, en España, la depresión constituye ya una de las principales causas de baja laboral por incapacidad temporal y permanente. Pero aún en ausencia de baja laboral, con esta enfermedad se reduce sustancialmente la capacidad de la persona para trabajar de manera efectiva, asociándose esto a pérdidas significativas de la productividad (presentismo), incluso por encima de la mayoría de las enfermedades crónicas.
Pero, ¿cómo combatir este problema de incomunicación? Según el doctor Roca, «necesitamos políticas muy activas contra este estigma en el entorno laboral, estudiantil..., es una empresa de largo alcance que las Sociedades de Psiquiatría están tratando de dinamizar. Se trata, ni más ni menos, que de exigir que se equipare la atención y la asistencia de los trastornos mentales a otras enfermedades médicas, así como los fondos dedicados a la investigación».
Además, los planes de prevención de la depresión en el entorno laboral son «absolutamente necesarios», afirma el experto y agrega que se deberían seguir los pasos de algunos países que han entendido el enorme impacto económico de la depresión: costes directos e indirectos, bajas laborales, personas que siguen trabajando en situación depresiva
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Y es que de los 92.000 millones de euros en los que se estimó el coste de la depresión en la Unión Europea en 2010, el 58,6% correspondió a costes indirectos tales como pérdida de productividad laboral, bajas por enfermedad y jubilación anticipada. La pérdida de productividad provocada por el absentismo y presentismo representa en torno al 50% de todos los costes relacionados con la depresión.
De entre todas las enfermedades que generan discapacidad, los trastornos mentales graves, entre los que se incluye la depresión, son los que se asocian con las tasas más altas de desempleo, según la Organización Mundial de la Salud.
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Así mismo, los datos provenientes de diversos países indican que la jubilación causada por trastornos mentales tiene lugar a una edad más temprana que los provocados por otras enfermedades.
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