La actriz, que actualmente triunfa en el teatro con ‘Buena gente’, padeció el pasado año una depresión que califica como «el estado más infernal que he vivido nunca».

Cerco a la depresión

Dar con el mejor tratamiento, conocer qué la desencadena y anticiparse a ella son algunas de las líneas de investigación con las que los expertos esperan poder atajar un fenómeno epidémico que en 15 años será la primera causa de discapacidad en el mundo

p.manzanares

Viernes, 5 de junio 2015, 08:58

Se trata de uno de los grandes males de nuestra sociedad a nivel mundial, y va en aumento. Un fenómeno epidémico que ya afecta a más de 350 millones de personas (más de 6 en España), que está presente en el 70% de los suicidios ... consumados y que, según la Organización Mundial de la Salud, será la primera causa de discapacidad en 15 años. Pero, además de sus terribles consecuencias, la depresión es una enfermedad que puede cronificarse (según el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, CIBERSAM, en el 25% de los casos) dada su alta tendencia a la recaída. Todo esto ha generado un amplísimo campo de investigación que, entre otras búsquedas, intenta saber qué es lo que la desencadena. «Sabemos que hay un desequilibro en las zonas del cerebro que están más implicadas en la regulación de las emociones pero no por qué», afirma el doctor Manuel Martín Carrasco, Presidente del Comité Directivo del Consejo de Sociedades Psiquiátricas Nacionales de la Asociación Europea de Psiquiatría, con sede en Estrasburgo.

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Mucho más que tristeza

A pesar de su alta prevalencia, la depresión es una gran desconocida. Quienes la padecen no hablan de ella por vergüenza y quienes no, a veces la confunden con tristeza. Así que, ¿de qué hablamos cuando hablamos de depresión? Desde el punto de vista psiquiátrico, es un síndrome que tiene diversas características, entre las que destacan el estado de ánimo triste y la anhedonia. Junto a éstas aparecen con mucha frecuencia síntomas como el pesimismo y la angustia, entre otros. «También se pueden dar pensamientos recurrentes de muerte y suicidas (autolíticos) que, en algunos casos (casos graves), se llevan a cabo», agrega la doctora Vanesa Fernández, experta en tratamiento psicológico conductual del Instituto de Psiquiatría Martínez Campos (Madrid). A nivel cognitivo, suele darse una disminución de la capacidad para pensar o concentrarse y dificultad para tomar decisiones, además de pensamientos negativos acerca de la valoración de su pasado, presente y futuro.

«No quería que comenzara un nuevo día»

  • entrevista a verónica Forqué

  • La actriz, de 59 años, padeció el año pasado una depresión en la que estuvo sumida 6 meses.

  • Actualmente Verónica Forqué triunfa en el teatro con Buena gente , una obra y un papel de los que ahora puede disfrutar. Pero eso hubiera sido imposible el pasado año, cuando padeció una depresión que ella misma califica como «el estado más infernal que he vivido». Ahora, totalmente recuperada, echa la vista atrás para hablarnos de ella.

  • ¿Cómo comenzó todo?

  • Las depresiones siempre son el resultado de un estado psíquico alterado durante un tiempo, no llegan de repente. Lo más importante es entender por qué estás deprimida. Yo empecé a ir a psicoterapia y la psicoterapeuta me dijo «Verónica, una depresión es un no puedo más, pero tú tienes que saber con qué no puedes ya». Fue un punto de comienzo. Intuía por dónde iba la cosa, pero no lo quería ver porque tomar decisiones y cambiar cosas en tu vida a veces es muy doloroso y nos da mucho miedo Por eso vino la depresión.

  • Dicen quienes la han padecido que es una enfermedad terrible

  • Un infierno. Yo no quería despertarme por las mañanas, no quería que comenzara un nuevo día, no quería vivir. Sólo quería morirme. Adelgacé 10 kilos, que ya ves que he recuperado con alguno más [risas], pero es que te quedas sin fuerzas, sin ganas. Sólo quería desaparecer, pero no es tan sencillo, aunque hay muchas personas que no pueden salir y se suicidan porque es una enfermedad devastadora. Pero yo tengo una hija y no podía desaparecer así como así.

  • ¿Seguiste trabajando?

  • Es que soy muy burra, además me dijo mi psicoanalista que no lo dejase. Así que empecé a ensayar con Andrea DOdorico en un proyecto precioso, Así es, sí así fue, porque yo tenía que salir de ese estado. Ensayaba como un alma en pena, Andrea que me conocía tan bien me decía «Pero Verónica, estás con una tristeza enorme». Fue en esa obra donde conocí a un compañero que había pasado por una depresión y estaba muy bien gracias a la medicación.

  • ¿Eso te ayudó a recuperarte?

  • Sí, porque yo comencé yendo a terapia, sin tomar medicación, pero veía que no salía. Y después de ver a ese compañero le pregunté a mi psicoterapeuta si estaría bien que yo tomara antidepresivos, y me dijo que sí. Me recetaron prozac, que en mi caso no funcionó, pero con la venlafaxina en una semana comencé a ser yo. ¡Estaba tan feliz que no me lo podía creer!

  • Y ahora llevas otra vida...

  • Así es. No ha sido fácil tomar la decisión de separarme tras 34 años de relación, (el cineasta Juan Luis Iborra) ha sido el hombre de mi vida, el padre de mi hija, pero yo ahora necesito otra cosa, necesito estar sola, ser independiente, vivir mi vida como yo quiera.

  • ¿Por qué apenas se habla de esta enfermedad?

  • Da como vergüenza. Si tienes un cáncer eres una persona valiente que lucha contra la enfermedad, pero una persona deprimida es una persona con la que nadie quiere estar. Es una enfermedad que transmite mucha negatividad, es como estar muerto en vida. Cuando estás tan mal pierdes el contacto hasta contigo mismo. La depresión es una quiebra en el amor, porque el amor desaparece, te quedas seco. Y la gente no te entiende y te dicen cosas como «anímate, vete al gimnasio». No se dan cuenta de que eso, para alguien con depresión, es sencillamente imposible.

Cuando la creemos vencida, es importantísimo fijar la atención en los síntomas residuales, que permanecen tras la mejoría, y que siguen limitando la actividad habitual del paciente. «Suelen ser síntomas que no afectan tanto al estado del ánimo (tristeza, llanto) como a dificultades cognitivas (falta de atención o de memoria), síntomas corporales o dolorosos, insomnio o pérdida de apetito sexual. No son tan manifiestos como la tristeza, la desesperanza o la culpa, pero impiden que el paciente vuelva a su vida normal», explica el doctor Guillermo Lahera, psiquiatra investigador en el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria y en el Área de Salud Mental del CIBERSAM. De hecho, y según este investigador, un 50% de las depresiones tratadas no alcanzan la remisión total, es decir la desaparición de síntomas. De entre ellas, un 80% mantiene en el tiempo síntomas depresivos residuales.

Hoy por hoy ya se sabe que una depresión puede formar parte de una reacción psicológica ante circunstancias difíciles, venir provocada por el estilo de pensamiento que tenemos; o ser orgánica y deberse a una alteración de los niveles de serotonina, noradrenalina u otros neurotransmisores. Pero además es interesante señalar que puede haber una predisposición familiar.

«Aunque no es un trastorno genético en un sentido estricto, como sucede con todas las enfermedades mentales son herencias compljas de tipo poligénico, sí que hay cierta tendencia familiar. El problema es que no es una cuestión de genes, presentes también en personas que no tienen depresión, sino de determinadas agrupaciones de éstos lo que produce la susceptibilidad. Y ahí radica la complicación de las investigaciones que se llevan a cabo en esta área», señala el doctor Martín Carrasco. Y mientras se trata de descubrir el citado origen, los investigadores centran sus esfuerzos también en nuevos fármacos y combinaciones más eficaces para que todos los pacientes reciban un tratamiento adecuado que les ayude con la enfermedad. «Un ejemplo muy interesante es el estudio financiado por el CIBERSAM en el que han participado varios hospitales españoles. En él se habla de la eficacia de diferentes tratamientos farmacológicos y de la psicoterapia en pacientes depresivos con resistencia a ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina)», indica la doctora Fernández.

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Avances y futuro

También se trabaja no sólo en psicoterapia, sino en tratamientos somáticos. Es en esta área donde se ha hecho uno de los hallazgos más interesantes de los últimos años en cuanto a tratamiento se refiere, la estimulación a través de campos magnéticos o Estimulación Magnética Transcraneal. Una técnica no invasiva que comenzó a utilizarse hace más de veinte años en pacientes con Esclerosis Múltiple y que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de algunas enfermedades neuropsiquiátricas, como por ejemplo la depresión resistente, dando esperanza a aquellos pacientes en los que no funcionaba nada.

«Es interesante mencionar también aquellas investigaciones que indagan en el origen biológico de la depresión y las alteraciones en la estimulación de determinados núcleos nerviosos, los sistemas de neurotransmisión implicados, la genética y los posibles marcadores que nos descubran de qué manera estas anomalías que sabemos que se producen en el metabolismo cerebral pueden reflejarse en la neuroimagen», señala el doctor Martín Carrasco. Así, y con respecto a estos marcadores, uno de los últimos descubrimientos, llevado a cabo en la Universidad de Oxford, ha encontrado que la depresión relacionada con estrés parece dejar su huella en el ADN mitocondrial (lo incrementa). Un hallazgo que podría servir como biomarcador no sólo del estrés que afronta una persona, sino del éxito de ciertos tratamientos, y que se une al realizado el pasado año por investigadores del Instituto Weizmann (Israel) sobre los niveles en sangre de una determinada microARN que actúa sobre las células nerviosas productoras de serotonina, especialmente baja en los afectados. Como afirma el doctor Lahera, «debe encararse el futuro del tratamiento de la depresión con esperanza, porque cada vez sabemos más de los mecanismos cerebrales subyacentes».

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Asociada a la demencia

A menudo la depresión acompaña a problemas con una base orgánica muy importante, como sucede con mucha frecuencia en las demencias, el Parkinson, el cáncer, los trastornos de tipo endocrino... De hecho, en el campo de la neurología, se estudia cómo detectar la depresión puede ser un marcador precoz de las enfermedades de su ámbito. Una investigación que surge a raíz de la comprobación de que la depresión es probablemente uno de los primeros síntomas de enfermedades neurodegenerativas.

«Hoy se puede afirmar que haber padecido una depresión es un factor de riesgo para padecer en el futuro una demencia, un motivo más que demuestra la importancia de tratarla correctamente», afirma el doctor Martín Carrasco, que explica que el motivo se halla en que la depresión produce un deterioro en las funciones intelectuales. «Y aunque cuando ésta es aguda se recuperan esas funciones, los cambios fisiopatológicos que la acompañan parece ser que tienen potencial para dañar de forma más grave los sistemas neuronales. Durante el periodo depresivo hay una alteración de las hormonas de estrés, como el cortisol, que en concentraciones elevadas pueden tener un potencial neurotóxico, con lo que si uno tiene depresiones repetidas esos episodios sucesivos de afectación neuronal pueden facilitar el desarrollo posterior de una demencia», concluye el experto.

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