Hasta un 10% de la población sufre trastornos psicóticos

Los delirios y alucinaciones son más frecuentes de lo que se pensaba y afecta incluso a niños y adolescentes

redacción

Lunes, 11 de mayo 2015, 19:37

Las experiencias psicóticas, identificadas como alucinaciones y delirios, en niños y adolescentes son más frecuentes de lo que se pensaba, según la doctora María de Gracia Domínguez, psiquiatra infantil y adolescente del Imperial London College. «Anteriormente se creía que la psicosis se trataba de un ... fenómeno poco frecuente y siempre relacionado con un gran deterioro funcional en las personas que los experimentaban», explica la doctora Domínguez, durante la IX Jornada de Actualización en Psiquiatría Infantil y Adolescente que se ha celebrado en Pamplona, y organizado por la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría, la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra y la Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil del Servicio Navarro de Salud. «Sin embargo, en las últimas décadas, estudios epidemiológicos han mostrado que hasta un 10% de la población general experimenta este tipo de síntomas psicóticos (alucinaciones y/o delirios) a nivel subclínico, es decir, que dichos síntomas no causan deterioro en el funcionamiento vital de estas personas».

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Una enfermedad más prevalente en niños

En el caso de los niños y adolescentes se ha comprobado que son los primeros los que tienen una mayor prevalencia pero son de mayor riesgo clínico comparada con la de los segundos. Los individuos con más factores de riesgo son aquellos que consumen cannabis, o han tenido experiencias traumáticas y tienen más probabilidad de que estas experiencias transitorias se conviertan en persistentes.

«La coexistencia de altos niveles de ansiedad o alteraciones del humor, como síntomas depresivos o de labilidad emocional, actúan de forma sinérgica, aumentando la probabilidad de la persistencia de dichos síntomas», prosigue la doctora Domínguez. «Junto a ello, los resultados de estos estudios demostraron que hay un subgrupo de población que muestran una vulnerabilidad del desarrollo en quienes, cuando dichos factores de riesgo ambientales inciden, se encuentran en un nivel mucho más alto de riesgo para desarrollar un trastorno psicótico a lo largo de la vida».

Según un estudio realizado por la doctora Domínguez con su grupo de investigación Imperial Collage de Londres, con adolescentes los médicos tardaban el doble de tiempo en iniciar el tratamiento antipsicótico, comparado con un adulto. El tratamiento, para que sea eficaz, debe incluir «medicación antipsicótica, psicoeducación sobre la naturaleza de la enfermedad para pacientes y sus familiares que pueda proporcionarles herramientas que ayuden al manejo de los síntomas, terapia cognitiva conductual e intervención psicosocial para afrontar el inicio de la enfermedad en el entorno en el que vive el adolescente», concluye la doctora Domínguez. «La mayor parte de las personas afectas mejoran notablemente en el transcurso de semanas o meses una vez iniciado el tratamiento».

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