En la imagen, Piedad Carreño.

«Me divertí mucho comprando y llevando diferentes pañuelos»

Piedad Carreño, paciente de cáncer de mama, nos cuenta cómo es el día a día tras ese momento en el que te diagnostican la enfermedad

p. manzanares

Martes, 3 de febrero 2015, 07:41

Hace siete años, a Piedad le diagnosticaron un cáncer de mama. La recuperación, tras una cirugía conservadora y el tratamiento hormonal, y de quimio y radioterapia, fue muy bien. Pero hace dos años le detectaron unas manchas pulmonares y ha tenido que empezar de nuevo.

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El primer momento. «No es fácil cuando te dicen que tienes cáncer, pero en mi caso el bajón vino después, cuando parecía que me había curado y pensaba en todo lo que había pasado. Y desde luego el peor impacto fue cuando me comunicaron el segundo diagnóstico, porque ya sabía todo lo que implicaba, cómo me afectaban los tratamientos, que tendría que acudir con asiduidad al hospital Sin embargo reconozco que los tratamientos han mejorado mucho y ahora no llevo mal el día a día, lo que no quiere decir que no tenga mis bajones tremendos a veces. Pero pienso que lo que tengo es el día que me levanto y ya está».

Familia. «Al principio ves cómo la familia está muy encima de ti, preocupados, pero eso te agobia y les dije que les pediría ayuda cuando la necesitase. Y así fue cuando me comencé a encontrar muy cansada, agotada. Gracias a ellos todo fue mucho mejor».

Guía rápida de cuidados estéticos

  • Muy práctico

  • PIEL

  • Utilizar productos que no tengan alcohol para reducir la sequedad y las irritaciones.

  • Ducharse con agua templada y jabones con ph neutro, además de usar una esponja suave que no arañe la piel. Para secarse, hacerlo con pequeños golpes y sin frotar demasiado. Después, usar una crema hidratante corporal.

  • Para la higiene de la cara, lo mejor son las leches limpiadoras y los tónicos. En la farmacia sabrán los que más te convienen.

  • No usar exfoliantes de ningún tipo.

  • Para prevenir y/o reducir las manchas lo mejor es no tomar el sol y tener un cuidado especial durante los tres meses posteriores al tratamiento. Se recomienda usar un factor solar de 50+ .Para zonas radiadas, evitar el contacto directo con ropa y cremas protectoras con pantalla total.

  • Si recibes radioterapia evita las prendas o materiales que puedan irritar la piel por el roce (como los collares, las gomas de la ropa interior).

  • Ayuda usar prendas holgadas de fibras naturales, como algodón o hilo, para que no aparezcan picores y otros síntomas molestos.

  • CABELLO, CEJAS Y PESTAÑAS

  • Si se debilitan o se caen debido al tratamiento se deben evitar todo tipo de tintes.

  • El champú, mejor suave para que no irrite el cuero cabelludo. También se puede usar una mascarilla hidratante que se aplicará en las puntas. Lavar y secar suavemente, sin frotar, con un ligero masaje .

  • Protege tu pelo frente a los agentes externos (sol, frío, aire) utilizando pañuelos, gorros o sombreros que no opriman.

  • Beber abundante líquido, preferiblemente agua, y una dieta rica en frutas y verduras ayuda a mantener la calidad del cabello.

  • Si se cae el pelo de las cejas puedes dibujarlas, hay una amplia gama de lápices específicos para ello. Además, existen plantillas que ayudan a dibujarlas y webs donde te enseñan a hacerlo paso a paso, así como cursos de maquillaje terapéutico impartidos por diversas clínicas, hospitales y organizaciones, como los grupales que imparte gratuitamente la Asociación Española Contra el Cáncer.

  • En el caso de la caída de las pestañas, no conviene usar las postizas que se venden porque sus pegamentos pueden dañar la piel. Es mejor sacar partido a las que tenemos con rímeles.

  • UÑAS

  • No utilizar alicates corta-cutículas, cuchillas cortacallos u otros utensilios que puedan producir cortes en la piel.

  • Evitar en la medida de lo posible el uso de lacas de uñas y quitaesmaltes, pues estos productos son muy agresivos y pueden quemar la uña.

Cambios estéticos. «Las dos veces se me cayó el cabello con la quimioterapia, pero no fue traumático. Te suelen recomendar que te cortes el pelo, porque notas cómo poco a poco se va debilitando, y un día te pasas la mano y se cae a mechones. Yo terminé por afeitarme la cabeza y lo hice con música animada y junto a mi marido y una sobrina de 5 años, para que ella no se extrañara al verme después. ¡Fue toda una experiencia! Recuerdo que luego mi sobrina quería cortarse el pelo igual.

En mi caso tenía claro que no quería llevar peluca y comencé a sacar partido de lo que tenía. Estaba muy pendiente de mi aspecto físico: me arreglaba mucho, me maquillaba un poco más de lo que hacía antes y me divertí mucho comprando y llevando diferentes pañuelos. Me hacía sentir mejor, más animada y más fuerte ante lo que tenía que afrontar. Y aunque cambias físicamente, la verdad es que no me he sentido en ningún momento especialmente observada por la gente y cuando ha sido así lo he comprendido, al final miramos cuando algo nos llama la atención. Además del pelo, lo más común es que se vean afectadas por los tratamientos la mucosidad nasal, las uñas y la piel. Yo con los años he aprendido que para afrontar la cirugía, por ejemplo, es mejor preparar la piel con hidratación profunda para que la recuperación de la cicatriz sea mejor y haya menos problemas de infección con el drenaje ».

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El trabajo. «La limitación física que se deriva de esta enfermedad, al menos en mi caso, ha sido el cansancio. Yo he tenido suerte porque he podido estar sin trabajar, pero hay muchos problemas en torno a esto: despidos, renuncias por no poder sobrellevarlo

Pero es que la dinámica que solías llevar y sobre todo el estrés no es fácil de soportar a no ser que tengas una capacidad extraordinaria para superar las adversidades. Yo renuncié a mi trabajo porque me di cuenta de que no estaba preparada para superarlo a jornada completa y no me concedieron una reducción de jornada. En aquel momento pensé que era mejor recuperar mi salud, y el estrés no me iba a ayudar, de hecho me iba a afectar negativamente, así que lo dejé».

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Asociaciones. «En las diferentes asociaciones que hay se puede encontrar ayuda de diversos tipos, desde información a experiencias de otras personas que te ayudan y mucho. Así una cosa que aprendes es que hay que estar muy fuerte y debes ir viendo qué alimentos te ayudan a fortalecer tus defensas, por ejemplo la cúrcuma, las setas shitake aunque lo mejor es que cada uno vea lo que más se adecua a su pequeño plan. Eso sí la información siempre debe obtenerse de sitios fiables, porque hay muchos que, de verdad, no hacen ningún bien».

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