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Miércoles, 29 de octubre 2014, 16:35
Tres datos estadísticos permiten ver que el dicho mente sana, cuerpo sano es totalmente cierto:
-El 25% de las personas con cardiopatía ha pasado un trastorno psíquico o lo tuvieron en el trascurso de la enfermedad.
-El 25% de los diabéticos y el ... 26% de los pacientes oncológicos padecen o han padecido en los últimos meses algún tipo de ansiedad o depresión.
-Los afectados por dolor crónico padecen o han padecido trastornos ansiedad o estrés continuado en un 50% y en los casos de obesidad mórbida en un 30%.
Entender cuerpo y mente como departamentos estancos dentro del cuerpo humano es un error, asegura el doctor José Antonio López, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP). Para sobrevivir en su medio, el organismo ha de defenderse de las agresiones tanto físicas, y víricas, como anímicas y cuenta para ello con un sistema inmunológico y psicológico que están absolutamente unidos.
Como ejemplo, el doctor López cita que después de un infarto, entre un 25% y un 30% de los pacientes presenta depresión y de que sea tratada o no depende mucho la mortalidad en el próximo año. El riesgo de mortalidad aumenta cuando existe un infarto y una depresión y esta última no está tratada. Por otra parte, en los casos de diabetes, el 25% de los afectados padece o ha padecido en los últimos meses algún tipo de trastorno psiquiátrico y en el caso de los pacientes oncológicos, el número de pacientes afectados es del 26%. Estos números se disparan si hablamos de pacientes con dolor crónico o con obesidad mórbida, quienes padecen o han padecido trastornos de ansiedad o estrés continuado en un 50% de los casos y en un 30% respectivamente, dice el doctor López.
Por qué sucede esto. El experto señala tres causas:
1. Cuando estamos en una situación de estrés o ansiedad, el sistema inmunológico aumenta su producción de proteínas denominadas citoquinas, de las que hay dos tipos: proinflamatorias o antiinflamatorias. Cuando estamos en un situación de estrés se incrementan las citoquinas inflamatorias, lo que provoca el aumento de las posibilidades de tener una mayor tendencia a padecer una inflación corporal, caldo de cultivo de muchas enfermedades: artrosis, uveítis, explica el doctor López.
2. El estrés acrecienta el desarrollo de comorbilidades al hacer disminuir el nivel de defensas de nuestro sistema inmune. El sistema inmune se pasa toda la vida luchando contra determinados virus que viven dentro de nosotros y esto nos agota. De esta manera, cuando somos mayores se produce la inmunosenescencia, es decir, que a partir de los 60 o 70 años, el sistema está agotado y lucha peor contra los virus.
3. El sistema inmune puede atacar a su propio organismo. Al igual que sucede en muchas guerras, el ejército que nos defiende puede revelarse, el sistema inmune puede atacarse a sí mismo. Cuando ocurre aparecen las enfermedades autoinmunes que tienen mucho que ver con las situaciones de estrés continuado, como lupus, la enfermedad de crohn, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), tiroides, endometriosis, concluye el doctor López.
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