Secciones
Servicios
Destacamos
La imagen se ha repetido en varias comisarías y hospitales o en la misma calle. Un grupo de ciudadanos, en su mayoría de origen chino, entrega a los sanitarios o policías nacionales y locales decenas de cajas con material sanitario, sobre todo mascarillas. Era todo ... lo que tenían estos comerciantes de Móstoles, Badalona o Zaragoza. Han puesto su granito de arena para paliar las carencias de los médicos y enfermeros que pelean contra el COVID-19, «los escudos contra el coronavirus» como los ha definido en varias ocasiones el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Pero estos 'soldados' están esperando como el maná ese material prometido. Hay médicos guardando en la taquilla mascarillas quirúrgicas para usarlas en el siguiente turno o enfermeras vigilando sus batas de protección, parte fundamental de los equipos de protección individual (EPI), para que no desaparezcan. «Eres un afortunado si tienes un traje de protección completo. Tienes un tesoro», afirma una enfermera que trabaja en un hospital de Castilla y León.
«La falta de EPI está propiciando la propagación del COVID-19», indicó, por su parte, el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE). «Los profesionales de la Comunidad de Madrid están atendiendo a los usuarios con delantales de plástico como medida de protección. Es un riesgo tanto para ellos como para los usuarios del sistema sanitario», reclamó la secretaria de Organización de este sindicato, Isabel Lozano. «Nos obligan a utilizar el mismo EPI en tres turnos diferentes», denunciaba, por su parte, CSIF en referencia a los trabajadores de residencias madrileñas de mayores.
Un traje de protección entero para este tipo de virus consta de un mono o una bata impermeable, calzas, gorro, guantes largos, gafas -a poder ser con ventosas en los párpados- y mascarillas. «Si pueden ser con filtro, mejor», recalca una enfermera. Estas mascarillas con filtro se dividen en tres tipos: FFP1, que tienen una filtración mínima del 78% y se suelen emplear para evitar fuertes olores; FFP2, que filtran como mínimo el 92% de las partículas, y la FFP3, que filtran el 98% de las partículas. «Estas dos últimas son las ideales para tratar casos de coronavirus».
También hay una variante de traje con una especie de escafandra que cubre hasta los hombros y que solo hace necesario el uso de una mascarilla quirúrgica. Un equipo completo que es un «milagro». «Nadie se lo quita porque hay pocos, lo que implica que estás ocho horas sin ir al baño, por ejemplo», denuncia otra enfermera.
El vicepresidente del Gobierno castellanoleonés, Francisco Igea, reclamó el domingo por la tarde que cualquier persona, empresa o institución que tuviera equipo sanitario básico lo dejase de forma voluntaria en las delegaciones de la Junta. Horas más tarde, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, dio de plazo hasta este martes para que comunicase al ministerio los 'stocks' disponibles, así como la capacidad de fabricación de productos como mascarillas o test PCR. Este lunes mismo se tomaron medidas contundentes.
Noticia Relacionada
Varios hospitales españoles comenzaron ayer varios ensayos de fármacos -en solitario o en combinación- para evitar que la pandemia del COVID-19 crezca como lo está haciendo hasta el momento en España y para encontrar, si es posible, una fórmula de tratamiento. En Cataluña, un proyecto liderado por la Fundación contra el Sida del hospital universitario Germans Trias i Pujol reclutará a 195 enfermos leves por este coronavirus y a unas tres mil personas que estuvieron en contacto con ellos.
Este proyecto, en concreto, no está diseñado para curar la enfermedad sino como «medida complementaria» al confinamiento, según explicó el doctor César Velasco, director de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña. «Esperamos tener resultados rápidos, en 21 días», añadió el investigador Oriol Mitjà.
Durante 14 días, se les suministrará a los pacientes dos fármacos: hidroxicloroquina -usado contra la malaria-, para evitar que el virus entre en la célula, y darunavir, un inhibidor de la proteasa que ya se ha usado con anterioridad en pacientes con VIH.
También ayer comenzaron dos ensayos en fase III (pacientes) con remdesivir en los hospitales de Cruces (Vizcaya), Clínic (Barcelona) y La Paz-Carlos III (Madrid). La compañía Gilead inició en Asia estos ensayos y ahora se amplía a países europeos. Este fármaco, destinado en principio para la lucha contra el ébola, ha dado buenos resultados contra otros coronavirus. En Europa, un primer ensayo con 400 pacientes graves buscará la normalización de la fiebre y el aumento de la saturación del oxígeno. En los otros 600, menos graves, se combinará este fármaco con el tratamiento convencional. En ambos casos, las pruebas durarán 14 días.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.