La OMS avisa de que la pandemia «no ha acabado» pese a la caída global de casos

Cuando a principios de 2020 el SARS-CoV-2 se extendió sin que lo frenaran fronteras ni continentes, el mundo afrontó la pandemia con dos estrategias muy distintas. Tras los confinamientos estrictos de la primavera, los gobiernos de Europa y América se decantaron por intentar mitigar los efectos del virus. Se decretaron restricciones, pero la vida siguió. En Asia, en cambio, prevaleció otra estrategia, que se llamó 'cero covid': había que erradicar el SARS-CoV-2, aunque ello implicara tests masivos casi a diario, largas cuarentenas y encerrar ciudades de millones de habitantes por solo uno o dos casos.

Hasta ahora, los datos parecían haber dado la razón a los partidarios de acabar con el virus a cualquier precio. El modelo era China, que con 1.400 millones de habitantes, apenas ha registrado 1,6 millones de contagios y ha contabilizado 13.500 fallecimientos. En el mismo periodo, en España, con 50 millones, las infecciones han llegado a 11 millones y los muertos, a casi 103.000. Pero en las últimas semanas, la expansión de la variante ómicron, y su linaje BA.2, lo ha cambiado todo en Asia, que afronta una explosión de casos y confinamientos masivos.

«Tenemos que partir de una certeza. La variante ómicron es, probablemente, el virus más contagioso que se conoce, más incluso que el sarampión. Y en China se da la tormenta perfecta para que ómicron haga destrozos: el país se está abriendo y está acabando con las restricciones, y su población está mal vacunada, sobre todo los mayores, con un compuesto propio que tiene relativamente poca eficacia», explica el epidemiólogo Salvador Macip, director de uno de los laboratorios en la Universidad de Leicester (Reino Unido).

«La estrategia 'cero covid' ha fracasado. Fue una politica guiada por la idea de que podíamos alcanzar la eliminacion, pero para alcanzar la eliminacion de una enfermedad se tienen que dar una serie de supuestos bastante complicados y se necesita una estrategia coordinada mundialmente. Si el resto del mundo opta por mitigar y un país elige eliminar, cuando se abre el virus entra en una población muy vulnerable», señala, por su parte, Usama Bilal, profesor de Salud Pública en la Drexel University de Filadelfia (Estados Unidos), que apunta al «levantamiento generalizado de medidas en muchos países» y «a los problemas de vacunación en grupos de población, especialmente, los más vulnerables, en muchos lugares del mundo», como motivos para la alerta global.

Así, en los últimos 28 días, varios países han batido récords diarios de contagios. Según datos de la Universidad Johns Hopkins, desde mediados de marzo, China ha registrado el 15% de todos sus casos totales de la pandemia; Australia, el 30%; y Corea del Sur, el 60%, con hospitales y crematorios saturados, un tsunami que podrá tener reverberaciones en Europa.

«Muy probablemente, llegará, dado que el virus sigue circulando. Lo hemos visto en los países que han levantado restricciones. Lo que nos tenemos que preguntar es cómo vamos a reinstaurar las medidas (mascarilla en interiores, por ejemplo) cuando sea necesario, cómo vamos a reforzar nuestro sistema de vigilancia y qué haremos si hay un pico de casos en cuestiones como las bajas laborales, donde el sistema ha demostrado ser ineficiente», subraya Bilal. «Una pandemia es una infección a escala global, y la pandemia de covid-19 está lejos de haber acabado», insiste Macip; «hay muchos países con muy pocos vacunados y si el virus sigue circulando, pueden aparecer nuevas variantes que provoquen más olas».