Andalucía, las dos Castillas y Murcia se encierran mientras Madrid pone condiciones para confinarse

Estas cinco autonomías (y siempre a la espera de que Madrid concrete su posición) se sumaron este miércoles así al cierre de fronteras decretado el lunes por Aragón, Asturias y el País Vasco a la sombra del nuevo decreto del estado de alarma y a la decisión de los ejecutivos de Navarra y La Rioja de perimetrar sus confines tomada la pasada semana, antes de que Moncloa ofreciera su arsenal normativo para evitar nuevos varapalos de los tribunales a las órdenes de cierre por parte de las autoridades autonómicas.

Así las cosas, el 57% de la población española, unos 27 millones de personas residentes en 10 comunidades, ya tienen ya prohibido salir de sus autonomías y en algunos casos de sus localidades de residencia, como este miércoles mismo decretó el Gobierno del popular Fernando López Miras quien, además de cerrar su territorio, impuso el aislamiento individual de todos y cada uno de los 45 municipios de Murcia, una cuarentena 'extrema' que, hasta ahora, solo Euskadi se había atrevido a poner en marcha.

También duro fue el cierre decretado por el presidente de la Junta, Juanma Moreno, quien además de confinar la comunidad desde la medianoche del jueves al 9 de noviembre, ordenó el cierre de las provincias de Granada, Sevilla y Jaén, además de la cuarentena en 448 municipios de la región.

Así las cosas, después de la jornada de este miércoles, solo los 12,4 millones de habitantes de seis regiones (Comunidad Valenciana, Galicia, Cantabria, Baleares y Extremadura, amén de Canarias que no está en estado de alarma) tienen permiso -por el momento porque Valencia también se plantea nuevas restricciones- para abandonar sus territorios, ya que también los habitantes de las ciudades de Ceuta y Melilla tienen restringidos sus movimientos hacia la península o a Marruecos.

Es muy probable, además, que los más de 7 millones de catalanes tampoco puedan abandonar su autonomía, aunque la decisión no la comunicará la Generalitat hasta este jueves, con lo que la cifra final de españoles que estarán 'presos' en sus comunidades en el próximo puente será superior a los 34 millones de personas.

No fue una jornada tranquila a pesar de que en Sanidad contaban que las comunidades más castigadas iban a abrazar el estado de alarma para perimetrarse. De nuevo, el dolor de cabeza para Moncloa llegó desde Madrid. La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, probablemente la dirigente que con más ahínco se ha opuesto al estado de alarma y a los confinamientos generalizados, acabó por ceder a las presiones de sus homólogos castellano-manchego, Emiliano García-Page, y castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, y, tras reunirse con ambos en Ávila, accedió finalmente al cierre perimetral. O casi. Porque impuso condiciones. Ayuso anunció que se pondrá en contacto con Sánchez de forma inmediata reforme el decreto del estado de alarma que solo permite a las comunidades las restricciones de movimiento durante periodos mínimos de una semana.

La dirigente madrileña anunció que su idea es poder confinar perimetralmente solo durante «días», en clara alusión de que, por el momento, solo contempla dejar encerrados a los madrileños durante el puente de Todos los Santos. Dejó así en el aire de forma consciente la posibilidad de no cerrar la comunidad el siguiente de los puentes, el del 9 de noviembre, La Almudena, festivo en Madrid capital, a pesar de que los presidentes de las dos Castillas sí que anunciaron que mantendrán en cuarentena sus respectivas comunidades desde el próximo viernes hasta el 9 de noviembre, cuando expira el primera decreto del estado de alarma.

«Soy consciente de que va a haber muchos desplazamientos. Entiendo a los presidentes -de Castilla y León y Castilla-La Mancha-, pero tengo que defender las medidas de la Comunidad de Madrid, que funcionaban», argumentó Ayuso, quien aseguró que los técnicos que le asesoran no tienen ninguna evidencia de que los confinamientos perimetrales sean efectivos.

Por su parte, el ministro de Sanidad tuvo que recordar este miércoles al Govern catalán que el actual estado de alarma no permite a las comunidades establecer confinamientos domiciliarios, ya que el decreto que lo desarrolla solo apunta la posibilidad de aislamientos perimetrales de poblaciones o autonomías o toques de queda. «No permite confinamientos domiciliarios, ni de un día, ni de dos días, ni de fin de semana», zanjó Salvador Illa, desterrando definitivamente las insinuaciones de la Generalitat de que igual ordenaba un cierre en casa durante los fines de semana como nueva fórmula para atajar la creciente transmisión del virus en el territorio. Los especialistas que asesoran al Gobierno de Cataluña, que dará a conocer este jueves sus restricciones, en realidad se inclinaron desde el principio por perimetrar las regiones sanitarias más castigadas (L'Hospitalet de Llobregat, Tarragona, Catalunya Central y Terres de l'Ebre), tal y como propuso el martes el Procitat, el comité de emergencias de la Generalitat.