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El acné es una enfermedad de la piel muy frecuente, tanto que constituye uno de los motivos de consulta de mayor frecuencia al dermatólogo. Es, de hecho, la enfermedad más frecuente de las que afectan a la piel. Se presenta hasta en un 80-90% de las personas en mayor o menor grado.
En España la prevalencia del acné, entre la población escolar de 12 a 18 años, es de un 74%. Se calcula que casi tres millones y medio de adolescentes españoles sufren acné. No obstante cada vez son más frecuentes los casos de acné tardío, siendo cada vez más los pacientes (sobre todo mujeres) de 30 a 35 años, que consultan por este problema.
Se trata de una inflamación crónica de los folículos pilosebáceos, especialmente los de la cara, escote y parte superior de la espalda. Además se caracteriza por un incremento de la producción de sebo, exceso de la queratinización del folículo piloso, proliferación bacteriana y fenómenos inflamatorios. Por ello, siempre es importante tratarlo. Conseguiremos solucionarlo y evitar cicatrices que luego van a ser difíciles de eliminar.
En la actualidad el dermatólogo dispone de tratamientos muy eficaces para solucionar cualquier tipo de acné. Dependiendo del tipo de lesiones que predominen se realizan tratamientos locales o tratamientos orales.
Los pacientes con acné precisan una hidratación eficaz de su piel, que les proporciones elasticidad y confort sin empeorar su problema de base, ni aportar sensación grasa o aspecto brillante, por lo que serán 'oil free'.
Estos pacientes para disimular sus lesiones, tienden a cubrirlas con gran cantidad de maquillaje y no siempre con productos adecuados. Los dermatólogos al prescribir maquillajes específicos evitamos el uso de maquillajes perjudiciales para el acné y complementamos el efecto terapéutico del tratamiento médico, al mejorar el aspecto físico y psicológico del paciente. Pese a la idea generalizada la exposición solar no es recomendable en casos de acné ya que favorece la aparición de microquistes, un envejecimiento prematuro de la piel y aumento del riesgo de cáncer cutáneo.
La protección de la piel del paciente con acné resulta fundamental. Por lo que los fotoprotectores ideales para este tipo de piel son los que lleven factor de protección mayor de 15-20; los 'oil free' y texturas ligeras o en forma de gel.
El acné no es solo un problema estético y dista mucho de ser una alteración banal. Numerosos estudios han demostrado el impacto psicológico tremendo que ocasiona en los pacientes, pudiéndoles conducir incluso al rechazo por ciertas situaciones socio-profesionales y afectivas. Los pacientes con acné sufren en general de ansiedad, baja autoestima, irritabilidad e incluso depresión en mayor o menor grado.
Para las cicatrices existen distintas opciones terapéuticas: peelings químicos, láser, dermoabrasión, etcétera.
El cumplimiento de los tratamientos indicados por el dermatólogo y no tocarse los granos es la mejor garantía para obtener una piel sana, bonita y sin marcas ni cicatrices.
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