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Los avances en los tratamientos médicos pierden gran parte de su valor cuando los pacientes no pueden disponer de ellos en un plazo breve desde ... su descubrimiento, y eso está sucediendo en España con las terapias contra el cáncer. Un medicamento oncológico tarda dos años en ser aprobado por el Sistema Nacional de Salud (SNS) después de ser valorado positivamente por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), según expone la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica).
El tiempo medio desde que un compuesto antitumoral recibe la luz verde de la EMA hasta que tiene la aprobación para reembolso del SNS ha aumentado desde los 395 días en 2018 a los 721 en 2023. «España es uno de los países que más ha empeorado el retraso a los medicamentos oncológicos innovadores en los últimos cinco años, y estos retrasos tienen consecuencias reales para los pacientes», explica la doctora Marisol Soengas, presidenta previa de Aseica.
El proceso para la financiación de un medicamento en España destaca por su complejidad. Primero, la farmacéutica debe presentar una solicitud de comercialización a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Después, el medicamento entra en negociación de precio y financiación a través de la Dirección General de Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia y la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos y Productos Sanitarios (CIMP), un órgano en el que participan los Ministerio de Sanidad, Industria y Economía y las comunidades autónomas. Más tarde, ya puede pasar a la cartera de servicios del SNS, pero también puede haber otros retrasos, ya que las comunidades e incluso los hospitales pueden abrir nuevas negociaciones.
La tardanza en aprobar los fármacos oncológicos se compensa, de alguna forma, por el hecho de que España sea el primer país europeo en ensayos clínicos, lo que permite a los pacientes acceder a los medicamentos oncológicos, aunque sea en fase de prueba. Pero entre los profesionales y entre los enfermos, la falta de acceso a los fármacos se ve como un enorme problema que «puede suponer una pérdida de oportunidades terapéuticas, la progresión de la enfermedad o una menor supervivencia», destaca Soengas.
«El potencial de España como líder en ensayos clínicos debería reflejarse también en un acceso eficiente y equitativo a nuevos compuestos y tecnologías», agrega el doctor Rafael López, presidente de Aseica, que pide «una inversión sostenida en investigación básica y real».
Los investigadores proponen algunas medidas para mejorar el acceso a las nuevas terapias: aumentar la inversión en investigación y en recogida de datos; asegurar el cumplimiento de los plazos legales; agilización en la toma de decisiones, más transparencia y más coordinación entre las autoridades sanitarias y la industria; la homogeneización del acceso a la innovación en todo el país mediante un fondo centralizado; implementar sistemas como el pago por resultados y las revisiones periódicos para incorporar nuevos tratamientos; y fomentar una mayor participación de los pacientes y los profesionales.
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