Un pueblo de Ciudad Real, objeto de un estudio europeo sobre el coronavirus en lugares públicos  

Con ese registro vigilaba los contactos de cada infectado y a todos les recomendaba «que no saliesen a la calle, también a los contactos, que debían vigilar durante 14 días si aparecía algún síntoma». Al mismo tiempo, 60 vecinos colaboraron como voluntarios para que el confinamiento se cumpliera a rajatabla.

A raíz de este trabajo de rastreo se ha iniciado una segunda investigación de ámbito europeo sobre la presencia del virus en lugares públicos y objetos como máquinas expendedoras de bebidas o cabinas telefónicas. «Se hacen pruebas de PCR y si dan positivo esto no quiere decir que en ese sitio haya coronavirus pero sí que en el ambiente de esa zona ha habido virus recientemente», explica el investigador Christian Gortázar, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha. El objetivo es determinar si el virus es igual de letal y si su presencia ha disminuido. Según este investigador, «si vemos que el virus sigue estando y que los casos que aparecen son más leves llegaremos a la conclusión de que su virulencia es menor».

A su juicio, el confinamiento ha dado resultado en España «porque se han reducido los contactos y la transmisión de la enfermedad» pero «nos estamos confiando y la gente no acaba de concienciarse de que sólo un pequeño porcentaje de la población ha pasado la infección y de que la única barrera es el distanciamiento social, la higiene de manos y usar mascarilla».