Daniel Roldán
Sábado, 27 de septiembre 2014, 18:37
La quimioterapia y la radioterapia no tienen incidencia en el desarrollo del feto cuando se administra después del primer trimestre de gestación. Así lo atestigua un estudio del Hospital Universitario de Lieja presentado este sábado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica ( ... ESMO) que se celebra en Madrid. "El temor a los efectos de la quimioterapia en el feto no debe ser una razón para interrumpir el embarazo, retrasar el tratamiento del cáncer o provocar un parto prematuro", asegura el doctor Frederic Amant.
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El autor del estudio afirma que existía una «preocupación» sobre este asunto y que, para disipar cualquier duda, ha realizado tres estudios diferentes. En el primero, analizó el desarrollo mental y la salud cardiaca de 38 niños expuestos prenatalmente a quimioterapia incluidos en el registro de la Red Internacional de Cáncer, Infertilidad y Embarazo (INCIP, en sus siglas en inglés). Los datos se compararon con 38 niños no expuestos a quimioterapia que actuaron como grupo control. A los dos años, el desarrollo mental medido por el Índice de Desarrollo Mental estaba en el rango normal. El tamaño y la función cardiaca estaban en el rango normal en ambos grupos. «Este es el primer estudio caso-control sobre efectos en el desarrollo de niños expuestos a la quimioterapia in utero y demuestra que la quimioterapia durante el embarazo es una opción de tratamiento segura para el desarrollo mental y de la función cardiaca del niño», afirman los autores.
En el segundo trabajo, el equipo de Amant investigó el impacto de la radioterapia en los hijos de mujeres que habían padecido cáncer durante el embarazo. Este estudio incluyó a 16 niños y 10 adultos que habían estado expuestos in utero a radioterapia. Se trata del primer estudio de seguimiento a largo plazo de niños expuestos a radiación médica prenatalmente, y muestra que el estado de salud general, así como el neuropsicológico y conductual estaba en rangos normales. El doctor Amant espera que estos resultados aporten a los oncólogos médicos la evidencia suficiente para asegurar que las mujeres embarazadas que padecen cáncer reciben el mejor tratamiento. Es bueno obtener datos que puedan traducirse inmediatamente a la práctica clínica. Nuestros datos servirán para que médicos y pacientes puedan tomar decisiones en una situación complicada, afirman.
El último estudio del grupo de Amant pone de manifiesto la importancia de pensar en la contracepción durante el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Sarah van Peer y su equipo comprobaron la base de datos de la INCIP sobre mujeres que se quedaron embarazadas durante el diagnóstico o el tratamiento de un cáncer. Esta base de datos incluye actualmente 1.011 pacientes de 21 países (y en el momento de la consulta había 897). En general, 3,23% (29/897) de las pacientes que estaban en la base de datos se quedaron embarazadas después del diagnóstico o durante el tratamiento. De estas 29 pacientes, tres embarazos se detectaron durante pruebas diagnósticas por sospecha de cáncer pero antes del diagnóstico definitivo, 18 durante el tratamiento, y 7 después del diagnóstico pero antes de comenzar con el tratamiento. "El mensaje principal de nuestros resultados es que resulta vital para doctores y pacientes discutir la contracepción durante el diagnóstico y tratamiento del cáncer", indican los autores.
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