Hongos en las uñas, ¿cómo tratarlos?

Las uñas son una estructura anatómica que recubre la parte distal de los dedos. Es una estructura funcional, dinámica, relacionada con el resto del cuerpo y con el medio ambiente que le rodea. La lámina ungueal, lo que denominamos vulgarmente uña, y que periódicamente nos recortamos, es una lámina de queratina de 0,5 mm. de grosor, de consistencia semidura, y superficie lisa y brillante. La onicomicosis es una infección de esta parte del cuerpo producida por hongos que aparece fundamentalmente en adultos y ancianos.

Se trata de una de las infecciones por hongos más frecuentes (30%) y, al mismo tiempo, más desconocidas producidas por dermatofitos, levaduras y mohos.

Pueden proceder del suelo (dermatofitos geofílicos), del hombre (dermatofitos antropofílicos) o de los animales (dermatofitos zoofílicos). Estos organismos acostumbran a crecer en ambientes cálidos y húmedos. Entre estos últimos, uno de los más comunes son las piscinas, las duchas y los vestuarios de instalaciones deportivas o recreativas, donde a través de un suelo húmedo se puede adquirir esta infección tanto en la piel (tiña del pie o pie de atleta) como en las uñas (tiña ungueal). Suele ser más frecuente en los dedos de los pies y, especialmente en el dedo gordo por microtraumatismos (futbolistas). Los mayores candidatos son adultos y ancianos y son muy raros los casos en niños. El calor y la alta humedad también contribuyen a su crecimiento en el interior de las casas y afecta a colectivos como el personal sanitario, de limpieza, cocineros etc. y afecta por igual a ambos sexos.

Otros factores frecuentes son los traumatismos producidos por manicuras agresivas o implantes incorrectos de uñas postizas. También existen enfermedades que pueden favorecer estos procesos como la diabetes, la disminución de la inmunidad y la mala circulación de las extremidades. Las uñas se vuelven más gruesas, asimétricas y amarillas. Su desestructuración se produce de fuera a dentro. Afecta tanto al lecho, cuerpo, matriz, así como a los pliegues, y presenta una alta destrucción.

Aunque no todos los problemas de las uñas tienen su origen en los hongos (18-40%), sí que se debe consultar con el médico o el dermatólogo la aparición de cualquier problema con el fin de realizar un diagnostico correcto basado en la historia clínica, exploración y cultivo si es necesario.

Se puede tratar de una infección por hongos (onicomicosis), de una psoriasis de uñas u otras patologías. El tratamiento dependerá de la patología. En las onicomicosis disponemos de fármacos de aplicación local y por vía oral, que son más efectivos, e incluso se emplean asociados.

Son tratamientos que pueden durar varios meses, por lo que el paciente debe hacer el tratamiento con constancia y minuciosidad. Es importante la prevención: una buena higiene, usar chancletas en piscinas, gimnasios, playas..., y, sobre todo, secarse bien entre los dedos, llevar las uñas cortas, cambiarse a diario de calcetines, evitar el sudor y usar un calzado que no sude en exceso, así como espolvorear el calzado con antimicóticos (si hay tendencia a las micosis).

El cuidado de las uñas es importante no sólo por su función estética. Su higiene y limpieza son esenciales también para la salud, ya que por medio de las uñas se pueden transmitir infecciones, etc.

Las uñas de las manos deben cortarse siguiendo la forma redondeada de los dedos. Se aconseja llevarlas cortas para evitar que se rompan y ensucien.

Las de los pies hay que cortarlas rectas, limarlas con una lima flexible, de cartón y mantenerlas limpias.