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El Consejo de Ministros acordó hoy igualar en España la regulación del tabaco calentado con la que rige los productos del tabaco tradicional y, por lo tanto, le impone a estas nuevas fórmulas de consumo las mismas restricciones y obligaciones que ya cumplen desde hace ... años las cajetillas y los envases de picadura para liar.
El real decreto aprobado acaba con las excepciones legales que durante años han beneficiado a los dispositivos electrónicos del tabaco calentado. En primer lugar, prohíbe que este tipo de tabaco pueda contener sabores o aromas adicionales, frecuentes hoy en algunas comercializaciones. Y en segundo, exigirá que todos estos productos incluyan en sus envases y presentaciones los mismos mensajes y advertencias sobre el grave riesgo para la salud de los ciudadanos que supone su consumo, como ya ocurre con el resto de del tabaco.
Las nuevas restricciones solo afectan al tabaco calentado, que no debe confundirse con los cigarrillos electrónicos o vapeadores, que no quedan afectados por la normativa. La nueva regulación afecta a los dispositivos electrónicos que, a diferencia del cigarrillo clásico, calientan (hasta 400 grados) pero no queman tabaco picado o en polvo, cuyo humo resultante se aspira. Los productos más comercializados en España son las marcas Iqos y Glo. El real decreto no afecta los vapeadores, basados en el calentamiento de líquidos, aunque estos dispositivos en muchas ocasiones contengan nicotina.
Las nuevas restricciones y obligaciones no serán aplicables por el momento a los dispositivos de vapeo, pero el Ministerio de Sanidad ya trabaja en una futura reforma legal más amplia con la que quiere extender los límites de fabricación, presentación, comercialización y consumo del tabaco a todos los productos del vapeo, incluyan nicotina o no, algo que le reclaman desde hace años especialistas sanitarios, sociedades científicas y organizaciones que luchan contra las adicciones juveniles.
Las dos nuevas exigencias de la reforma legal aprobada hoy entrarán en vigor en la segunda mitad del próximo mes de abril, en un plazo límite de tres meses desde que mañana el texto legal sea publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
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El decreto amplía a los dispositivos la prohibición de comercializar productos del tabaco con aroma característico o que contengan aromatizantes en sus componentes (como filtros, papeles para fumar, envases o cápsulas). También proscribe cualquier otra técnica que permita modificar el olor y sabor de los productos del tabaco o intensificar el humo a los productos del tabaco calentado, al tiempo que impide que los filtros, los papeles o las cápsulas puedan contener tabaco o nicotina.
De igual manera, la modificación legal retira la excepción de la que hasta hora gozaban los aparatos de tabaco calentado, que no tenían que incluir en sus envoltorios las severas advertencias para la salud personal que van impresas desde hace un lustro en los paquetes de cigarrillos.
La nueva regulación explica que tanto las unidades de envasado del tabaco calentado como su embalaje exterior deberán incluir las fotografías a color de la biblioteca de imágenes del real decreto de 2017, las que muestran entre otras lesiones causadas por este hábito pernicioso pulmones necrosados por el humo y la nicotina, bocas desdentadas o pacientes con insuficiencia respiratoria conectados a mascarillas o traqueotomías. Los mismos envoltorios deberán incluir en gran tamaño y bien visibles contundentes y claros textos sobre los estragos que causa la nicotina y, en concreto, el mensaje: «El humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas».
La razón de que el real decreto de hoy no haya sido aprovechado para realizar una limitación de la comercialización y uso de vapeadores más ambiciosa es que se trata de la transposición urgente de una directiva europea a la legislación española. Se transpone la directiva 2022/2100 sobre tabaco calentado que ya debería de haber sido aprobada por el Consejo de Ministros en julio de 2023 como muy tarde y que tendría que haber entrado en vigor en la segunda mitad de octubre pasado. Sin embargo, el adelanto de las elecciones generales dictado en mayo y los posteriores casi seis meses de Ejecutivo en funciones hicieron imposible cumplir antes con los plazos límite comunitarios.
No obstante, el departamento que dirige Mónica García se ha comprometido a impulsar y aprobar lo antes posible un un plan integral contra el tabaquismo que podría incluir fuertes subidas de todos los productos derivados y nuevos espacios públicos en los que estaría prohibido o muy limitado su consumo, como pueden ser las terrazas de bares y restaurantes, las instalaciones y estadios deportivos, las playas e, incluso, el interior del vehículo privado, al menos en algunas situaciones. Este plan, lo que también está previsto que recoja, es la extensión de las limitaciones, obligaciones y prohibiciones de los productos del tabaco a los vapeadores, con o sin nicotina.
La mayor parte de los expertos consideran que estos dispositivos electrónicos, lleven o no nicotina, además de provocar la inhalación regular de sustancias potencialmente lesivas para la salud, se han convertido en la puerta de entrada de los adolescentes y jóvenes españoles al consumo de tabaco tradicional. El último informe de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas indica que el 25% de los niños españoles de 12 y 13 años han usado vapeadores y que a los 13 años el 14,5% los usa con regularidad.
La Asociación Española Contra el Cáncer califica de «un paso necesario» la decisión del Gobierno, aprobada este martes en Consejo de Ministros, de igualar la regulación del tabaco calentado a la que rige para los cigarrillos convencionales. No obstante, desde la Asociación se considera que todavía quedan pendientes medidas que integren a los vapers dentro de la legislación sobre el tabaco para reforzar la protección de niños y jóvenes, «ya que son la puerta de entrada a este tipo de consumo de la población joven, o la ampliación de los espacios libres de humo». La Asociación quiere destacar la importancia de abordar legislativamente la comercialización de productos como el vaper ya que, la última encuesta publicada por el Ministerio de Sanidad señala que uno de cada cuatro estudiantes de 12 y 13 años declara haber consumido alguna vez en su vida cigarrillos electrónicos (25%) y este porcentaje aumenta a casi el 55% en los estudiantes de 14 a 18 años. «Es decir, más de la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años consumieron cigarrillos electrónicos alguna vez en su vida, y uno de cada tres tabaco convencional, lo que es altamente preocupante».La Asociación, según recuerda en un comunicado, está trabajando para alcanzar la primera generación libre de tabaco en el año 2040 con asociaciones juveniles «para generar un movimiento de jóvenes que lideren la lucha contra el tabaco y sus derivados» así como en campañas de concienciación social como la de «Vaper con sabor a cáncer. Pero sobre todo, dicen, «se hace necesario endurecer el acceso de la población joven a estos nuevos dispositivos».
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