El Gobierno italiano cierra los colegios en todo el país para frenar el coronavirus

Esta decisión, que según comentó la ministra de Educación, Lucia Azzolina, «no resultó fácil para el Gobierno», se tomó siguiendo los consejos del comité científico que está asesorando al Ejecutivo liderado por Giuseppe Conte. Azzolina justificó la medida porque «la situación epidemiológica cambia rápidamente», mientras que Conte reconoció el peligro de «sobrecarga» en las unidades de terapia intensiva de los hospitales si continúa el crecimiento exponencial de los contagios. El Gobierno adelantó que aprobará una próxima norma para que, si trabajan los dos padres de un menor de edad, uno de ellos pueda ausentarse de su empleo y atenderle.

El cierre de los colegios, institutos, guarderías y universidades de todo el país se une a otras medidas que cambiarán igualmente la vida cotidiana en las próximas semanas a los 60 millones de italianos, a los que no les queda otra que aprender a convivir con la epidemia. Entre las nuevas recomendaciones destaca que permanezcan en casa las personas mayores de 75 años o que tengan más de 65 y problemas de salud.

Las autoridades piden además a toda la población que renuncie a los besos, abrazos y a estrecharse la mano cuando saluden a otra persona y que mantengan al menos un metro de distancia cuando se encuentren en lugares públicos. Se cancelan los espectáculos y congresos mientras que los los cines y teatros se mantendrán abiertos si pueden garantizar la citada distancia de seguridad entre los espectadores. Las nuevas medidas del Gobierno consienten que los encuentros deportivos sólo puedan jugarse a puerta cerrada, como ya ocurre en las regiones del norte de Italia, las más afectadas.

En la crisis que sufre el país por la epidemia quienes peor lo están pasando son las más de 50.000 personas que viven en los los once municipios de Lombardía y Véneto que se encuentran en cuarentena, porque allí fue donde surgieron los primeros contagios. Dentro de la 'zona roja' la situación en desesperada, como denunció Costantino Pesatori, el alcalde de Castiglione D'Adda, una de estas 10 localidades lombardas.

«Estamos registrando un elevado número de muertes y nos sentimos solos. Mucha gente está enferma y no recibe la asistencia necesaria. Pedimos ayuda», dijo el regidor de este pueblo de algo menos de 5.000 habitantes, de los que un centenar se han contagiado y 15 han fallecido por el coronavirus.

La epidemia está provocando además un agujero económico cada vez más grande, por lo que el Ejecutivo se saltará sus objetivos de déficit para ayudar a los sectores más afectados. Sólo en el turismo se temen pérdidas de 7.400 millones de euros.