La Generalitat reconoce que en Lleida se está produciendo «transmisión comunitaria»

La peor situación es la de Lleida, que ha afrontado hoy su primer día laborable desde que el sábado pasado la Generalitat decidió confinar toda la comarca del Segrià, que integra a una treintena de ayuntamientos, la capital ilerdense incluida, y agrupa a más de 200.000 habitantes. Nadie puede entrar y salir del perímetro que han levantado los Mossos alrededor de la comarca, salvo la gente que va a trabajar. La Generalitat reconoce que se está produciendo transmisión comunitaria.

De momento, el confinamiento está ideado para dos semanas y la ciudadanía puede salir de casa y moverse por la capital de Lleida y por la comarca. Bares, comercios y restaurantes están abiertos. El alcalde de la ciudad, Miquel Pueyo, afirmó ayer que la capital leridana se despertó con una «imagen de normalidad».

La consejera de Salud, Alba Vergés, apuntó, no obstante, que en estos momentos todos los escenarios están sobre la mesa. Eso quiere decir que el Govern catalán contempla la posibilidad de que el confinamiento se prolongue más allá de dos semanas. Y además, también estudia la opción de aplicar un confinamiento más duro, incluso el encierro domiciliario, como durante los momentos más severos de la pandemia. Todo depende de cómo evolucionen las cifras de contagios en los próximos días.

La Generalitat contabiliza 14 brotes activos en Lleida (la semana pasada eran nueve) y se ha doblado el número de casos positivos en siete días. La semana del 22 de junio se registraron 266 casos, frente a los 524 de la semana pasada. El cambio de tendencia, según las cifras de Salud, se produjo en torno al día de San Juan, ya que el 26 de junio se comunicaron 86 positivos.

Las próximas jornadas se esperan complicadas. Por ello, la Consejería de Salud apeló ayer a médicos y enfermeros para que se presenten como voluntarios para trabajar en Lleida ante la previsión de que el brote vaya a más. El Departamento de Salud tiene previsto habilitar una segunda planta de Covid-19 en el hospital Arnau de Vilanova de Lleida y además, ha levantado un hospital de campaña anexo.

Preocupa también la situación de dos distritos de Barcelona, Sarrià y Sants. En toda la ciudad, en una semana, se han registrado 150 casos. Desde el Ayuntamiento de la capital catalana, la concejal de Salud, Gemma Tarafa, aseguró que Barcelona no está «ni de lejos» en la situación de Lleida. «No son comparables. Pero debemos hacer un llamamiento a la prudencia», dijo.

El otro foco de mayor temor se encuentra en la comarca de La Mariña, en Lugo, donde el domingo se decretó el confinamiento hasta el próximo viernes de sus 68.500 habitantes, repartidos en 14 municipios. El número de casos positivos creció ayer rápidamente y pasó de 99 a 119, la mayoría de ellos asintomáticos o con síntomas leves, aunque con la obligación de guardar una cuarentena de 14 días. La cifra total de contagiados es de 128, ya que nueve han superado la enfermedad. Además, cuatro se encuentran hospitalizados y su evolución es favorable.

El brote se inició el 23 de junio en el municipio de Xove y allí comenzó el rastreo de los posibles contactos, a los que se les realizó una prueba PCR. Los servicios de salud gallegos continúan con la búsqueda de más sospechosos.

El repunte de casos en Galicia plantea dudas sobre la viabilidad de celebrar las elecciones regionales este domingo, como está previsto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo ayer que Alberto Núñez Feijóo, es el que debe garantizar la seguridad de los comicios y el presidente de la Xunta recordó que la situación en Galicia continúa siendo «mejor» que en el resto de España.

Tan solo dos comunidades, Asturias y La Rioja, están libres de brotes. En todo el país ya hay más de 60, entre ellos, el de Aragón, con 360 casos y cuatro comarcas afectadas, otro en Murcia con 38 y otro en Ordizia (Guipúzcoa), con 20. Además, un edificio en Albacete continúa confinado por un brote surgido en una familia.