El fármaco contra el virus de Trump y del asesor de Torra provoca daños cardíacos

La cloroquina es un medicamento antimalárico que se dejó de emplear hace una década cuando la bacteria que causa esa enfermedad desarrolló resistencia a la molécula. En el inicio de la pandemia en China se probó su tratamiento en Wuhan con dos objetivos. El primero era analizar si la cloroquina -y su vertiente menos tóxica, la hidroxicloroquina- permiten desarrollar una profilaxis contra el virus. Es decir, si actúa como defensa para evitar los contagios. La segunda intención era comprobar si permitía mejorar la salud de los pacientes más graves al bloquear la respuesta inmunitaria del organismo. Dado que muchas muertes se están produciendo por la lucha del cuerpo para defenderse del virus, este medicamento modula esa reacción para que no sea letal.

Tras las pruebas en China, que no fueron concluyentes, fue el microbiologista francés Didier Raoult quien llevó a cabo un ensayo en un hospital de Marsella. Su prueba en 24 pacientes ofreció resultados no concluyentes pero lo suficientemente esperanzadores como para continuar investigando. A raíz de sus datos, el presidente Donald Trump llegó a lanzar uno de sus tuits en los que daba prácticamente por encontrada la solución ante el coronavirus por el uso de este medicina, en combinación con un antibiótico, la azitromicina. En España, el experto catalán Oriol Mitjá, convertido en asesor del President Quim Torra, ha iniciado un ensayo con la cloroquina en Barcelona. La Organización Mundial de la Salud ha apadrinado estos estudios, que han comenzado a llevarse a cabo en diferentes lugares del mundo.

Lo que esta sucediendo es que las distintas pruebas están revelando que, sin que se haya demostrado del todo la eficacia contra el Covid-19, sí que están apareciendo graves efectos secundarios derivados del uso de la cloroquina. La primera alerta surgió en un trabajo publicado por los responsables de un hospital de Manaos, en el Amazonas brasileño. Los expertos comprobaron que no se estaban registrando grandes mejoras en un grupo de 81 pacientes con los que se llevó a cabo un ensayo. Según el informe publicado en 'Medrxiv', un servicio de información médica apadrinado por la Universidad de Yale, la cloroquina provocó un aumento de la letalidad en pacientes de mayor edad. En otros grupos llegó a provocar miocarditis pero solo en un caso se produjeron mejoras con respecto al coronavirus. Uno de los médicos que monitorizó el trabajo aseguró que la utilización de las dosis que se habían utilizado en China mostraban «una alta toxicidad y aumentaban la mortalidad».

Posteriormente, los resultados adversos se registraron en Francia, donde se detectaron cerca de cincuenta problemas coronarios en pacientes que estaban siendo tratados con cloroquina. En cuatro de estos casos, fue necesaria utilizar la reanimación eléctrica tras producirse una parada cardíaca, según publica el diario 'Le Monde'. Estos hechos provocaron que la pasión alrededor de la cloroquina se enfríase, después de que el propio presidente Macron hubiera visitado el hospital en el que se llevan a cabo los ensayos con el medicamento.

Con anterioridad a estos incidentes, el antimalárico también estaba en el punto de mira de la comunidad científica por su toxicidad si se toma sin control médico. En Nigeria, seis personas enfermaron por automedicarse con esta sustancia y en Estados Unidos se produjo un fallecimiento por una sobredosis de cloroquina. Estos casos se produjeron después de que el presidente Trump declarase su apuesta por el medicamento.