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España reafirmó el año pasado su liderazgo mundial en donación y trasplantes volviendo, tres años después, a registrar cifras récord en un programa médico que es el orgullo y bandera internacional de nuestra sanidad pública.
La actividad trasplantadora de los hospitales españoles superó el bache ... causado por el 'shock' sanitario de la covid y con casi 6.000 intervenciones pulverizó el máximo histórico de 2019 (que mejoró en un 8%) y se reafirmó como el segundo país del mundo con mayor tasa de estas cirugías, 122 por millón, solo tras Estados Unidos.
En donaciones, España no tiene parangón en el planeta. Por trigésimo primer año consecutivo es el país en que los ciudadanos y familias demuestran la mayor generosidad con 2.346 cesiones de órganos, un 7% más, lo que significa una tasa de 48,9 donantes por millón de habitantes. Esta proporción supera los 44,5 de EE UU, multiplica por dos y medio las cesiones logradas en los hospitales de la Unión Europea y duplica las de servicios de salud tan prestigiosos como el francés, el italiano, el canadiense o el británico.
Ocho donaciones y 16 trasplantes de media diaria. Se trata de datos tan impresionantes que con los 5.861 trasplantes de 2023 se han superado con creces los 5.500 anuales a que aspiraba la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), al tiempo que se está a punto de alcanzar las 50 donaciones por millón que fijaba como objetivo ideal su plan estratégico. «Son niveles de excelencia difíciles de superar», concluyó la directora general de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil.
Tanto Domínguez-Gil como la ministra de Sanidad, Mónica García, coincidieron en que las razones de fondo de este éxito de país hay que buscarlas en la generosidad de los españoles y sus familias y en un engrasado y coordinado sistema de donación y trasplantes liderado por la ONT y asentado sobre equipos sanitarios del más alto nivel. Un exitoso modelo de gestión, envidiado y copiado por los sistemas de salud de todo el planeta, que funciona con la precisión de un reloj suizo y no desperdicia ni un tejido.
La explicación concreta del fuerte incremento de 2023, que marca nuevos máximos históricos, estaría en que la máquina de la ONT vuelve a funcionar a pleno rendimiento gracias al doble efecto de una muy alta tasa de donación, alimentada por la cada vez mayor utilización de órganos en asistolia -procedentes de fallecidos por una parada cardiorrespiratoria- y el incremento de las donaciones en vivo, y de unos equipos sanitarios y unas instalaciones hospitalarias liberados del lastre de la pandemia, que vuelven a estar centrados por completo en la expansión del programa de trasplantes.
El crecimiento fue sido generalizado en los últimos doce meses, con cifras récord de implantes tanto de riñón como de hígado y de pulmón y con la consolidación de otros trasplantes recientes como el de intestino. Casi 200 de los beneficiados fueron niños y 314 de los pacientes estaban en código cero, el que identifica un inminente riesgo vital.
En la expansión de estas intervenciones juega un papel central el enorme crecimiento de la donación en asistolia en los últimos años, con un 15% de aumento en 2023. Fueron 1.050 donaciones, que ya suponen el 45% del total, y el origen del 38% de los trasplantes realizados. No solo hay más cesiones en asistolia sino que este tipo de donación ha pasado de ser exclusivamente renal a transformarse en multiorgánica gracias a la generalización del procedimiento de preservación basado en dispositivos de circulación extracorpórea.
Un segundo factor relevante en estos crecimientos históricos es el notable alza de las donaciones en vivo. El año pasado se realizaron 435, 80 más que un año antes. Se traducen en un crecimiento del 22% de estos donantes, normalmente familiares del enfermo, que permitieron 433 trasplantes renales y dos de hígado. A ambos procesos se sumó la normalización de las intervenciones con órganos de donantes positivos en covid (341 durante la pandemia) tras confirmarse su seguridad.
Pese a los enormes niveles de éxito del programa de trasplantes español todavía 4.790 personas siguen en la lista de espera para obtener un órgano o un tejido
El perfil del donante español de órganos se mantiene similar al de últimos años. La causa principal de su fallecimiento son los accidentes cerebrovasculares (como ictus o aneurismas). Los accidentes de tráfico ya solo representan el 4,7%. Se trata de personas de más de 60 años en su gran mayoría. El más veterano de 2023 tenía 92 años.
Solo hay un elemento novedoso en los últimos dos años y medio y es resultado de la puesta en marcha del derecho a la eutanasia. Desde mediados de 2021, noventa españoles que pidieron esta ayuda profesional para morir donaron sus órganos, lo que permitió realizar 249 trasplantes, a muchos de cuyos beneficiarios les salvaron la vida.
La donación en España es altísima, pero hay tres autonomías que destacan por su generosidad sobre las demás. Cantabria, con 74 cesiones de órganos por millón, encabeza el ranking español, seguida de Navarra (71,6) y Murcia (71). Las tres más de veinte puntos por encima de la media nacional, que es la mayor del planeta.
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