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La gestión de la pandemia ha provocado una crisis interna en el Gobierno madrileño en pleno inicio de la desescaladas. La diferencias de criterios a cuenta de la conveniencia de que la región avanzara a la fase 1 de la desescalada provocaron la ... dimisión este jueves por la tarde de la directora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, que estaba en contra de relajar las medidas de confinamiento debido a la incidencia del coronavirus en su área de competencia. Instantes después, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, anunciaba a través de Twitter que esta sería sustituida por Antonio Zapatero, que había sido el encargado de dirigir el hospital de campaña de Ifema, conocido como 'hospital milagro', y que ocupará también el puesto de viceconsejero de Salud Pública y coordinador del 'Plan COVID-19'.
El director del hospital de campaña de Ifema, Antonio Zapatero, liderará la estrategia de Madrid contra el #COVID19.
Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) May 7, 2020
Además se reforzará la Consejería de Sanidad con esta nueva área, donde la atención sociosanitaria en residencias será prioritaria. pic.twitter.com/NtdPy4kbwt
Fuentes debía ser la encargada de firmar el informe con el que el Ejecutivo regional iba justificar que la comunidad cumplía con los requisitos «de obligado cumplimiento» impuestos por el Ministerio de Sanidad para avanzar a la fase 1. Su negativa provocó que a última hora de la tarde de este jueves, el ministro Salvador Illa, que ostenta la decisión final en esta cuestión, todavía no hubiera recibido el documento (el plazo había finalizado el día anterior), un trámite que sí habían realizado el resto de autonomía y las ciudades de Ceuta y Melilla.
La propia Díaz Ayuso había dado por perdido el cambio de fase el pasado miércoles, cuando consideraba que Madrid todavía tenía que reducir el porcentaje de enfermos en Unidades de Cuidados Intensivos. «Yo no quiero tener prisa para acceder a nada», llegó a afirmar. Y es que hasta este jueves habían fallecido en la región 8.504 personas a causa del coronavirus (la cifra más alta del país, con una tasa de 128 muertes por cada 100.000 habitantes), y solo era superada por Cataluña en número de nuevos contagios en las 24 horas anteriores: 86.
Pero el vicepresidente regional, Ignacio Aguado (perteneciente a Ciudadanos, socio de coalición de los populares en el Gobierno), logró imponer su criterio durante una tensa reunión al defender que la región está preparada para avanzar en el desconfinamiento por tener «un sistema sanitario robusto». Algo que trasladó este jueves por la tarde el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruíz Escudero, al propio Illa y a la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, en un encuentro por videoconferencia que mantuvieron para abordar la cuestión y que coincidió en los tiempos con la renuncia de Fuentes.
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El plan de dividir la desescalada en cuatro fases cuyas reglas afectarán de forma distinta a las áreas geográficas en las que se divida el territorio ha terminado por convertir el camino hacia la llamada «nueva normalidad» en una carrera que para algunas regiones es de velocidad y para otras, de fondo. En total, las 17 comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla habían solicitado avanzar hacia la fase 1, aunque Castilla y León y Cataluña apostaron por basarse en las áreas sanitarias en vez de en las provincias -como propuso inicialmente el Gobierno- y mantener algunas de ellas en la fase 0, la actual. Mientras que Andalucía, por su parte, solicita condiciones especiales para un distrito sanitario en Málaga y dos en Granada.
Todas estas peticiones están siendo analizadas los equipos técnicos del Ministerio de Sanidad, aunque la decisión final corresponderá al ministro Illa. La lista de las zonas que el próximo lunes avancen a la fase 1 se publicará a final de este viernes o el sábado, según señalan desde el Gobierno.
Para justificar la decisión, se medirán los datos de la incidencia acumulada del coronavirus, es decir, los casos por 100.000 habitantes notificados en los últimos 14 días, y esa cifra se cruzará con las demás variables: capacidad para aislar y controlar las fuentes de contagio, disponer de un sistema de alerta precoz y llevar a cabo la vigilancia epidemiológica necesaria para identificar y contener las potenciales fuentes de contagio, la capacidad de la atención primaria y hospitalaria y poder garantizar la protección colectiva.
El coronavirus en cifras
Sanidad ya dejó claro que para conseguir el pase a la fase 1 será «requisito imprescindible» para la toma en consideración de la propuesta disponer o tener acceso o capacidad de instalar, en un plazo máximo de cinco días, entre 1,5 y 2 camas de cuidados intensivos y entre 37 y 40 camas para enfermos agudos por cada 10.000 habitantes.
Con el paso de una fase a otra se entra en una nueva situación inédita en nuestro país. «Entramos en un proceso de gran complejidad, en gran medida desconocido y ahí será clave el trabajo conjunto de los responsables de Sanidad de las distintas administraciones», reconoció este jueves Illa en el Congreso de los Diputados.
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