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Julia Fernández
Miércoles, 14 de febrero 2024, 09:27
El ibuprofeno es uno de los medicamento más populares. Este fármaco tiene como objetivo combatir la inflamación, el dolor moderado y la fiebre y es uno de los más usados en Europa. Sin embargo, está bajo la lupa de las autoridades sanitarias, al menos en ... el país vecino. La Agencia Nacional Francesa de Seguridad del Medicamento (ANSM) ha tomado la decisión de restringir la publicidad del medicamento en su versión de 400 mg. tras estudiar varios casos de «reacciones adversas graves vinculadas a esta dosis», sobre todo, hemorragias gastrodigestivas y daños renales.
El asunto llevaba sobre la mesa de los expertos desde 2019. Entonces, la ANSM ya advirtió del peligro que conllevaba usar el ibuprofeno y el ketoprofeno, un medicamento similar, en el tratamiento de algunas infecciones. Sus centros de Tours y Marsella llevaron a cabo un estudio que concluyó que había que priorizar el uso del paracetamol en caso de dolor y fiebre. Y ante esto, pidió a las autoridades europeas una amplia investigación sobre el asunto.
El ibuprofeno «es un antiinflamatorio que también se usa como analgésico y antipirético«, explica Pablo Panero, médico de familia y coordinador del Grupo de Trabajo GIS (Gestión del medicamento, inercia clínica y seguridad del paciente) de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Esto último hace que muchos lo tomemos cuando nos duele la garganta o pasamos por un resfriado o una gripe.
La dosis máxima que debemos ingerir en un día son 1.800 miligramos. Pasarnos de ella puede traernos serios problemas de salud. Entre ellos, toxicidad hepática y cardiovascular (aumenta el riesgo de sufrir un ictus o un infarto). Y también, como los casos que refiere la ANSM, úlceras pépticas, hemorragias digestivas o perforaciones.
Pablo Panero
Médico de familia y coordinador del Grupo de Trabajo GIS (Gestión del medicamento, inercia clínica y seguridad del paciente)) de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)
Sin embargo, aunque la dosis máxima es esa, los galenos recomiendan quedarnos siempre con la dosis más pequeña que es eficaz contra nuestros malestares. Es decir, si con 200 miligramos ya nos vale, no hace falta subir a 400. El beneficio no tiene por qué ser ni mayor ni más rápido. Por norma general, aunque cada caso debe estudiarse de manera individual, lo habitual es «hacer tres o cuatro tomas al día durante unas tres jornadas seguidas».
En Francia, el ibuprofeno 400 dejó de ser de libre disposición en 2019. A partir de ese año, ya solo se puede adquirir bajo petición y con receta en las farmacias. Y «debe colocarse siempre detrás del mostrador», precisa la ANSM. Sin embargo, la publicidad en televisión, radio, prensa y medios digitales de esta presentación ha seguido activa. Ello, interpreta la ANSM tras un «análisis global», «incita» a los pacientes utilizarlo en vez de quedarse en la dosis más baja que existe allí, 200 miligramos. Y al mismo tiempo ha provocado un «aumento de los informes sobre efectos adversos graves» por su consumo. Todo ello ha dado como resultado una prohibición que desde España se mira con curiosidad.
47 millones de cajas
de ibuprofeno se venden cada año en nuestro país.
8 millones de españoles
toman dosis diarias de este fármaco superiores a las recomendadas según algunos expertos han expuesto en el Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria, SEFAC.
90.000 euros
es la multa a la que se puede enfrentar un farmacéutico si vende ibuprofeno 600 sin receta médica. Desde 2019 es obligatoria en nuestro país.
En nuestro país, el ibuprofeno es uno de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) más utilizados. Cada año se despachan cerca de 47 millones de cajas y más de 60 laboratorios comercializan el principio activo. Hasta hace cinco años, podíamos encontrar libremente la dosis más alta, la de 600 miligramos, aunque ahora ya solo se puede comprar con receta médica. Su uso abusivo motivó la medida: entonces, el consumo de este fármaco en esa dosis era del 80%, cuando en el resto de Europa solo suponía un 15%.
Hubo que convencer a los pacientes que para el dolor leve-moderado, tomar esa dosis no era más eficaz que la de 400, que se sigue vendiendo sin necesidad de receta y es la que recomiendan los sanitarios. Las presentaciones de 200 casi ni se conocen entre el público general. Tras la medida anunciada por Francia, cabe preguntarse si realmente el ibuprofeno es peligroso.
«A mí me gusta decirle a los pacientes qué es lo que toman, recalcarles que, por ejemplo, el ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo», explica Blanca Usoz Oyarzabal, médico en el IMQ. Lo hace no para que se lo aprendan, pero sí para que sean conscientes de que no es cualquier cosa, de que es algo «serio». Porque lo que ella cree que nos ocurre es que acostumbramos a quitarle hierro a los fármacos que son de libre acceso o de uso habitual; se nos olvida que también conllevan riesgos.
1 Si es alérgico al principio activo o a otros AINE.
2 Si tiene una enfermedad grave del hígado o los riñones.
3 Si ha tenido úlcera, hemorragia de estómago o una perforación.
4 Si vomita sangre o presenta heces con sangre.
5 Si padece trastornos hemorrágicos o de coagulación.
6 Si sufre una insuficiencia cardiaca grave.
7 Si se encuentra en el tercer trimestre del embarazo.
«Nos falta educación sanitaria», opina. «No se trata de que no nos automediquemos nunca, sino de hacerlo de manera adecuada y de, ante cualquier duda, acudir al personal sanitario». Y pone un ejemplo: para un dolor de garganta solemos tirar de ibuprofenos, pero «quizá no sea lo más adecuado, podemos ir a la farmacia y seguro que allí nos dan opciones más específicas». Si no nos funcionan, entonces deberíamos ir a nuestro médico de cabecera.
Precisamente, la labor del farmacéutico juega un papel importante aquí. Son el trabajador del ámbito de salud que más cerca tenemos y al que podemos acceder con mayor facilidad. «El problema con los medicamentos sin receta como el ibuprofeno es que a veces no somos conscientes de sus contraindicaciones o sus interacciones con otros fármacos», señala María José Díaz, directora del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia. De ahí la recomendación de preguntar antes en la farmacia.
- ¿Influye la publicidad de las marcas?
- Sí, lo hace. Hay quien viene a la farmacia pidiendo, incluso, una marca en concreto que han visto en televisión.
El farmacéutico ejerce una «importante labor educativa» en este proceso. Pero los consumidores debemos tener claro, incide Díaz, que estos medicamentos como el ibuprofeno se deben usar en afecciones leves y por un tiempo corto determinado. Si no nos funcionan, «hay que ir al médico, no buscar una dosis más alta».
Otro asunto es cómo está regulada la publicidad de medicamentos en España. Aquí, solo se pueden anunciar aquellos que no estén sujetos a prescripción médica (y no contenga sustancia psicotrópicas). Además, se debe dejar claro que se trata de un fármaco, especificar sus principios activos, incluir la información indispensable para consumir correctamente el medicamento y evitar su abuso e insertar una invitación clara y visible a leer el prospecto y consultar al farmacéutico.
Todo eso se cumple habitualmente. No obstante, Panero cree que todavía se puede dar un paso más. Estos anuncios «incitan» al consumo y, por tanto, «estaría bien que incluyeran más información sobre los efectos adversos y las contraindicaciones». Para que a nadie se nos olvide que no estamos ante una sustancia inocua. La doctora Usoz, por su parte, añade otro elemento a probar antes de prohibir nada como en Francia: «Quizá estaría bien hacer campañas de educación sanitaria» para saber qué y cómo tomar los fármacos y minimizar así los riesgos.
A finales del año pasado, otro de estos fármacos contra el dolor y el malestar que habitualmente tenemos en el botiquín también estuvo en el punto de mira: el metamizol, más conocido por Nolotil, uno de sus nombre comerciales. Una asociación de pacientes denunció al Gobierno de España por recetarlo a ciudadanos británicos sin tener cuenta que se trata de una población especialmente sensible a este principio activo. En tres décadas, 45 pacientes murieron por su consumo.
El fármaco está prohibido en Reino Unido, pero también en otros países como Estados Unidos, Australia, Suecia e India. ¿Es acaso inseguro? Lo cierto es que en España no, siempre y cuando se tome siguiendo las pautas médicas. La reacción más adversas al Nolotil es la agranulocitosis, que se manifiesta en menos de un caso por cada 10.000 pacientes tratados. Pero la clave es el seguimiento: si tomamos Nolotil de forma prolongada por orden de nuestro galeno, este nos tiene que hacer un seguimiento para comprobar que todo va bien. No obstante, como el ibuprofeno, los normal es no tomarlo más de 7 días seguidos.
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