La cura de la covid-19 hecha en León

Aquella 'gemina' es el origen de la de dexametasona. Aquí está la clave. Cuesta quedarse con la palabra, es cierto, pero significa tanto como difícil es pronunciarla por primera vez. Gracias a ella muchos enfermos de covid-19 (cientos de miles, calculan) han conseguido vivir para contarlo. Este esteroide, desarrollado mucho tiempo antes de la llegada de la pandemia, ha resultado fundamental en el tratamiento de la enfermedad vírica de nuestro tiempo en pacientes muy graves.

Mediante un complejo proceso de fermentación, la estadounidense AMRI (Albany Molecular Research Inc.) consigue gracias al trabajo de sus plantas en León, Valladolid y San Cristóbal (Zamora) la síntesis necesaria para obtener la dexametasona (a ver si a la segunda va la vencida). «Sabíamos desde hace años que tiene efectos inmunosupresores y antiinflamatorios, pero en el tratamiento de la Covid ha conseguido que pacientes en estado crítico eviten una situación de ahogamiento por inflamación que, en muchas ocasiones, lleva al fallecimiento», explica José Luis Barredo, biólogo burgalés de nacimiento pero leonés de larga adopción.

Todo comenzó en 2011. En aquel momento la empresa Gadea se lanzaba a crecer desde su base en Valladolid instalándose primero en León y después en Zamora. El objetivo no era otro que trabajar en el campo de los intermedios de esteroides, destacando en los famosos fitoesteroles, tan de moda por encontrarse en diversos lácteos que ayudan a bajar el colesterol.

Pero más allá del uso de esteroides más o menos conocidos, la pandemia empujó a probar distintos compuestos para paliar las graves consecuencias que sufrían aquellos que luchaban por superar la enfermedad, descubriendo que la dexametasona ofrece resultados en uno de cada ocho pacientes. Así, en las tres plantas españolas logran desarrollar la producción integrada de dexametasona, incluyendo desde la fermentación hasta la síntesis química. De hecho en la actualidad suministran dexametasona sin formular a otras compañías que se encargan de producir la forma farmacéutica final.

El éxito es notable, hasta el punto de que la empresa consiguió producir en 2020 un total de 3.000 kilos de dexametasona. Si todo esto se destinara únicamente al tratamiento de la enfermedad, el producto farmacéutico podría llegar a cerca de 50 millones de personas.

La dexametasona, puede resultar clave para salvar 650.000 vidas según un estudio de la revista 'Nature' por un precio que está lejos de ser elevado. Un arma fundamental junto al famoso Remdesivir que aunque cueste pronunciarlo, ayuda a que muchos puedan vivir para intentarlo.