zigor aldama
Corresponsal. Shangái
Lunes, 3 de febrero 2020
El Gobierno chino criticó este martes la actitud de los países que pretenden aislar su territorio -India ha sido el último en restringir la entrada de ciudadanos procedentes del gigante asiático- y consideró que las limitaciones de paso y cierre de fronteras pueden exacerbar las ... consecuencias negativas de la epidemia, sobre todo en el ámbito económico y, concretamente, en el sector logístico. Las autoridades de Pekín cargaron las tintas especialmente contra Washington. «Ha sobreactuado de forma inapropiada en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud», señaló la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying. «El Gobierno estadounidense no solo ha evitado ofrecernos asistencia, sino que ha sido el primero en evacuar a sus ciudadanos, en sugerir la retirada parcial de su cuerpo diplomático y en imponer un veto a los viajeros chinos. Lo único que ha logrado es propagar miedo y sentar un mal ejemplo», añadió.
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Además de EE UU, entre los países que han impuesto vetos figuran Israel, Singapur, El Salvador y Vietnam. India anunció este martes que no emitirá más visados a residentes en el gigante asiático. En Hong Kong, incluso, una parte del personal sanitario comenzó una huelga para protestar contra el hecho de que la ciudad aún no ha cerrado todas las fronteras con la China continental, algo que el Gobierno considera contraproducente porque cortaría suministros esenciales, como la comida.
Lo cierto es que, en dos meses, el coronavirus de Wuhan ha dejado más muertos que el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en año y medio. Según los datos oficiales, este martes el número de fallecidos alcanzó los 425; es decir, 50 más que durante aquella otra epidemia que también mantuvo en vilo al mundo entre 2002 y 2004. Afortunadamente, dos hechos mantienen viva la esperanza de los científicos: el primero, que el número de quienes han superado con éxito la enfermedad -479- es cada vez mayor que el de los que sucumben a ella; el segundo, que la mayoría de los nuevos contagios se registran en Hubei, muestra de que las drásticas medidas de cuarentena a las que están sometidos más de 55 millones de habitantes funcionan.
Fronteras cerradas. India, último país en sumarse a los vetos: no dará visados a residentes del gigante asiático
En la capital, Wuhan, este martes comenzó a funcionar el primero de los dos hospitales de campaña que el Gobierno ha ordenado construir en solo diez días. Reflejo del músculo económico de la segunda potencia mundial, las instalaciones han sido completadas según lo previsto y 1.400 sanitarios del Ejército trabajan ya con los mil infectados que puede acoger este centro de arquitectura modular. Mañana deberían concluir los trabajos en el segundo hospital.
Ante la falta de tratamientos específicos para la neumonía que provoca el coronavirus 2019-nCoV, diferentes especialistas experimentan con cócteles de fármacos ya existentes. En Tailandia, una paciente china de 71 años se recuperó de la infección después de que le administraran una combinación de medicamentos para tratar la gripe común y otros utilizados en la lucha contra el sida. «En solo 48 horas, la paciente ha pasado de dar positivo en los tests a un negativo», afirmó uno de los médicos que ha supervisado su caso.
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En China, los científicos también buscan fármacos que puedan reducir la tasa de mortalidad hasta que se desarrolle una vacuna eficaz, algo que podría llevar incluso un año. Remdesivir, fabricado en Estados Unidos, es un antiviral experimental diseñado para combatir enfermedades provocadas por otros coronavirus como el ebola o el SARS y fue administrado en EE UU a a un paciente de 35 años infectado con el 2019-nCoV: en un solo día, su situación mejoró notablemente. China ya lo está probando en varios pacientes de Wuhan. «Hemos desarrollado un tratamiento efectivo, basado en nuestra experiencia con el SARS, para lograr una mayor tasa de recuperación», explicó Zhong Nanshan, uno de los responsables contra el coronavirus.
Quienes no superen la infección, no obstante, tendrán que ser incinerados rápidamente y sin recibir ningún tipo de ceremonia.La Comisión Nacional de Sanidad ha prohibido el entierro o la conservación por cualquier medio de los cadáveres, que deben enviarse al crematorio más cercano a la mayor brevedad posible. Y se debe hacer lo mismo con aquellos que fallezcan antes de que se pueda confirmar si están infectados.
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La Cruz Roja de China, que no está afiliada a la Cruz Roja Internacional, quizá sea la organización destinada a ofrecer ayuda con peor reputación del mundo. Ha protagonizado escándalos muy sonados, ha coqueteado a menudo con la corrupción, y la epidemia del coronavirus de Wuhan no ha hecho sino empeorar su imagen.
Desde que el pasado día 26 la oficina provincial de Hubei fue elegida para la recepción y distribución de donaciones, las críticas no han parado de llover. Sobre todo, porque el hospital de Xiehe, uno de los que debían recibir su ayuda, no recibió el material que la Cruz Roja debía entregarle e hizo un llamamiento de emergencia a la población.
Las investigaciones de numerosos internautas en las redes sociales demostraron que de los dos millones de mascarillas donadas en todo el país, solo 200.000 habían sido distribuidas. Dos hospitales que no las necesitaban habían recibido 34.000 mascarillas, pero al de Xiehe no habían llegado las 3.000 que se les habían asignado, y que sí eran necesarias. También descubrieron que los paquetes de aquellos ciudadanos que habían hecho donaciones directamente al hospital acabaron en la Cruz Roja, y que su presidente es el subgobernador de Hubei y un político con muchas sombras: fue teniente de alcalde de Tianjin en 2015, cuando una enorme serie de explosiones en el puerto de esa ciudad, provocada por negligencias varias, dejó 173 muertos.
La falta de credibilidad de la Cruz Roja es tal que algunos donantes han puesto en marcha colectas para fletar helicópteros y llevar el material sanitario directamente por aire a los centros en los que resulta imprescindible. Y muchos critican que las leyes de Seguridad Nacional de China impiden las operaciones de muchas ONG internacionales que podrían haber jugado un papel importante en el combate del coronavirus.
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