Castilla-La Mancha se convierte en la segunda comunidad de España en comenzar la desescalada de esta tercera ola tras la controvertida decisión de Madrid la pasada semana de ampliar de cuatro a seis los clientes en las terrazas de los bares.
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A pesar de que el miércoles la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, pidió a las comunidades que mantuvieran inalteradas las actuales restricciones y pese a que hoy mismo la OMS reclamó a España «no levantar demasiado pronto el confinamiento», el Gobierno del socialista Emiliano García-Page anunció hoy que la región avanzará este viernes de nivel 3 reforzado a nivel 3 normal. O lo que es lo mismo, que autorizará la movilidad entre todos los municipios de la autonomía, a excepción de Fuensalida, Torrijos y Casarrubios, donde viven unas 27.000 personas. No obstante, el Ejecutivo regional mantiene la perimetración de la comunidad.
También se reabre la hostelería a partir de este viernes, aunque solo hasta las 21 horas porque el toque de queda sigue en las 22 horas. Podrán levantar la persianas bares y restaurantes en interiores con un tercio de su aforo máximo, si bien continuará prohibido el consumo en barra y de pie. También se reabren terrazas al 50% de aforo, manteniendo la distancia de seguridad entre mesas.
No obstante, todos los clientes de los locales de ocio tendrán que acceder con un código QR que deberán descargarse de manera gratuita en sus teléfonos a través de una aplicación puesta en marcha por parte del Gobierno de la Junta de Comunidades. El objetivo de esta iniciativa es poder trazar con más rapidez y precisión cualquier posible cadena de contagio que pueda tener lugar en bares o restaurantes.
También se autorizará a partir del viernes, aunque con limitaciones de aforo, la apertura de centros comerciales, bibliotecas, museos y archivos, gimnasios y centros de ocio.
La decisión de suavizar medidas de García-Page es especialmente llamativa porque él mismo el pasado 1 de febrero encabezó una cruzada contra el anuncio del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso de ampliar el aforo de las terrazas. El presidente castellano-manchego, que llegó a quejarse de que Madrid influía negativamente en la evolución de la pandemia de su región hasta el punto de ser la «sexta provincia» de su comunidad, denunció que Madrid iba «presumiendo de ser menos restrictiva» a pesar de «complicar la vida» a los territorios limítrofes, al tiempo que pidió «medidas más rotundas a nivel nacional».
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El camino de Castilla-La Mancha y Madrid, que muy probablemente este viernes anuncie que amplía el toque de queda más allá de las 22 horas, va a ser seguido en breve por otras autonomías, que sobre todo buscan relajar la tensión con bares y restaurantes tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que permitió el funcionamiento de la hostelería en esa comunidad.
Así, Extremadura aprobó hoy la reapertura de los bares y restaurantes en los municipios que presenten una incidencia acumulada menor a los 500 casos (actualmente, todo está cerrado) y en Murcia se podrá ampliar la ocupación de las terrazas. Por su parte, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo, afirmó que pondrá en marcha una desescalda «medida» y «gradual» para «no dar pasos en falso», aunque no concretó fechas.
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