La aspirina puede prevenir al menos un tipo de cáncer y reducir la metástasis

En el estudio del «microambiente del tumor, la inmunidad sistémica y la mucosa sana que rodea el cáncer» se encontró que la actividad de los «linfocitos infiltrantes de tumores fue mayor entre los usuarios de aspirina», sostiene el artículo 'El uso frecuente de aspirina se asocia con la activación de la vigilancia inmune en el cáncer colorrectal'.

«Estos datos sugieren que el uso regular de aspirina puede tener un papel activo en la mejora de la inmunovigilancia del cáncer colorrectal», mantiene Marco Scarpa, investigador de la Unidad de Cirugía General del Hospital Universitario de Padua y coautor del estudio, en una entrevista con este periódico. «Además observamos una reducción de las metástasis ganglionares en los usuarios de aspirina, por lo que podría reducir la metástasis, al no extenderse a los ganglios linfáticos».

Aun cuando la investigación se centró en el cáncer colorrectal, el cuarto más mortal del mundo, ¿podría la aspirina ser eficaz también para otros tipos de cáncer?. «Podría suponer que el mecanismo de mejora de la respuesta inmune, dentro de la mucosa del tracto digestivo, puede no limitarse al intestino grueso, sino que podría extenderse al intestino delgado y al estómago», responde Scarpa. «Los cánceres que surgen en estos sitios son similares y la aspirina llega allí en mayor concentración». Podría también ayudar a prevenir el cáncer gástrico, por ejemplo.

El mecanismo activado por la aspirina «sugiere un efecto de vigilancia proinmune de la aspirina», sostienen los autores el artículo, publicado este lunes por la Sociedad Americana del Cáncer en Wiley y revisado por pares. En el total de la muestra, los pacientes que consumían aspirina representaban el 12%.

Para progresar en esta línea de investigación se debe aún hallar más «evidencia clínica sólida», mediante ensayos «abiertos que puedan arrojar luz sobre la recurrencia efectiva y el aumento de la supervivencia global», sostiene Scarpa. En todo caso existe una población de pacientes que «podría tener un beneficio importante».

Ahora bien, se debe hallar la dosis adecuada y la manera eficaz de proporcionarla. Al ingerirse por vía oral, «el principal problema es que la aspirina se absorbe progresivamente a lo largo del tracto digestivo por lo que en su parte distal, el recto, la concentración es baja», explica Scarpa. En el análisis se encontró que donde la «biodisponibilidad de la aspirina es mayor» los resultados son «más evidentes». También se deben considerar factores como la obesidad y el tabaquismo, que «atenúan» el beneficio de la aspirina.

¿Es entonces recomendable que las personas sanas tomen una aspirina al día como medida preventiva? «Los principales efectos secundarios de la aspirina son bien conocidos (diarrea, alergia, náuseas o empeoramiento de úlceras, entre otros) y deben equilibrarse con los beneficios potenciales», contesta Scarpa. «Pensamos que deberíamos esperar los resultados de los últimos ensayos sobre el uso de aspirina y metformina (fármaco para la diabetes tipo 2) en la terapia neoadyuvante para el cáncer de recto, antes de proponer formalmente una nueva indicación para la terapia con aspirina».