Una metodología propia que persigue el bienestar integral

Ana Patón sintió la necesidad de dar un giro radical a su vida. Así, abandonó su trabajo como ingeniera agrónoma, profesión a la que le ha dedicado más de dos décadas, y se centró en un área que le aportaba mayor satisfacción. Así, el pilates daba continuidad a una vida donde el deporte ha estado siempre muy presente –con tres años empezó en gimnasia rítmica, su primer contacto con la contrología (nombre original del pilates)–.

Comenzó en 2016 con su estudio en Estella para mudarse en noviembre de 2023 a Logroño, a la calle Nieva de Cameros. En este desarrolla su método propio, centrándose en las máquinas Reformer. «Mi enfoque se dirige más a la tonificación, a transformar tu cuerpo, siempre desde las pautas del pilates, y a no dejar ni un solo músculo sin trabajar».

La mejoría se nota de manera muy rápida y eso tiene su traslación también a un aumento de la autoestima. «Cada día ves que haces un poquito más, vas llevando a cabo una progresión de un ejercicio. Esto es un trabajo de fuerza y a la vez que lo haces, también vas estirando, logrando un cuerpo más definido».

Por ello, las clases –1, 2 o 3 horas a la semana– no se dividen por niveles, sino que se entremezclan, aunque ajusta el entrenamiento a las necesidades del alumno. No obstante, ha creado un grupo más reducido al que acuden gente con patologías más graves. «Con ellos realizo una clase más especial. Te vas adaptando a ellos».

En su local ha instalado trece Reformer, lejos de la locura de las grandes instalaciones, lo que permite una atención más personalizada. Cuenta, asimismo, con un gestor de reservas, donde en función del horario laboral y si hay disponibilidad, se puede modificar la clase a la que asistir. «Cuando abrí el centro, el 98% de la gente nunca había probado una máquina Reformer y nueve de cada diez personas nunca habían hecho pilates», reconoce. Ahora los más nuevos se van fijando en quienes tienen mayor experiencia y la aclimatación a las sesiones se produce de manera muy rápida, gracias a su metodología.

Un método con tres pilares: respeto, educación y disciplina por y para el cuerpo. Gracias a la utilización del Reformer, se logra mejorar el control y coordinación corporales, el equilibrio y la agilidad, a la vez que se desarrolla una musculatura fuerte, elástica y saludable.

Ana Patón observa que crece el número de personas que practican pilates. «Tenemos perfiles muy variados y todos coinciden a la hora de señalar cómo les ha cambiado venir aquí. Si les hiciera una foto del primer día que llegaron a cómo están ahora...; es increíble». Además, reconoce que cada vez más los profesionales sanitarios recomiendan el pilates, «porque en las consultas médicas y en centros de fisioterapia están viendo sus beneficios. También vienen muchos médicos que encuentran en este centro la flexibilidad horaria que necesitan».

Unos beneficios que no solo se centran en el plano físico, sino también en el mental, ya que cada una de las sesiones que prepara «no solo están pensadas para moldear el cuerpo, sino también para aclarar la mente y nutrir el espíritu», en una apuesta clara por el autoconocimiento y el bienestar integral.

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