Los alumnos catalanes se quitan la mascarilla

La resolución se ha publicado de madrugada, por lo que ayer, los colegios todavía no conocían los términos exactos de la norma y mediante circulares enviadas a los padres aún dejaron en manos de estos la decisión de que sus hijos llevaran o no mascarilla en el primer día de clase. Por esta razón, el primer día todavía se han visto muchos niños con la mascarilla en el acceso a clase. Entre la confusión por el retraso en la publicación de la orden y la fuerza de la costumbre, la liberación de la obligación de llevar mascarilla ha sido más bien a medias.

La resolución de la Generalitat ha entrado en vigor un día antes de que la mascarilla deje de ser obligatoria en toda España en buena parte de los espacios interiores. El consejero de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, adujo el sentido común para adelantarse un día al resto de España. A su juicio, no parecía lógico que los alumnos regresaran a las clases un martes con mascarilla y pudieran quitársela a partir del miércoles. Lo normal, dijo, es que ya vuelvan de las vacaciones sin el tapabocas, después de un largo periodo en que los estudiantes han tenido que ir a clase con la protección contra la pandemia.

En el diario oficial, la Generalitat argumenta que el beneficio en los alumnos que supone la retirada de la mascarilla «supera el riesgo de transmisión». También valora específicamente el impacto de la mascarilla «en cuanto a condiciones de aprendizaje, interacción social y desarrollo personal». La buena evolución de la pandemia ha permitido al Govern a tomar la decisión. No obstante, el exministro de Sanidad, Salvador Illa, criticó a la Generalitat por adelantarse un día.