África afronta el combate contra la viruela del mono con una mano atada a la espalda. O las dos. Las dificultades para poner en marcha políticas de control del virus (falta de profesionales formados o imposibilidad de aislar a los contagiados o de rastrear a ... los contactos y de llevar a cabo campañas de información) son enormes, y la inmunización de la población a través de las vacunas, el otro pilar para controlar la enfermedad, parece una misión casi imposible. El continente necesita millones de dosis para tratar de frenar la expansión de la mpox, pero por ahora dispondrá de apenas unos cientos de miles. La declaración de la enfermedad como emergencia sanitaria internacional, realizada este miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede facilitar la distribución de vacunas en el continente, pero la situación actual no invita al optimismo.
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La vacuna contra la viruela del mono se administra en dos dosis y según los expertos, también tiene una alta efectividad contra el clado 1b, causante del foco actual y más agresivo que el clado 2, que ocasionó la crisis sanitaria de 2022. El director general de los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades (Africa CDC, por sus siglas en inglés), Jean Kaseya, estima que el continente requiere 10 millones de dosis contra la mpox, pero que solo dispone de 200.000. A ellas habría que sumar las 215.000 que se han comprometido a donar la Comisión Europea y la compañía Bavarian Nordic. En total, y a corto plazo, poco más de 400.000 disponibles, apenas el 4% de las que solicitan los expertos africanos. El dato choca con la alta disponibilidad de los compuestos en Europa, donde el problema es, por el contrario, no completar la pauta. El Ministerio de Sanidad acaba de hacer un llamamiento a la vacunación completa, ya que de las 40.610 personas que se han inmunizado contra mpox, solo 20.960 tienen los dos pinchazos.
La semana pasada, la OMS ya puso en marcha el procedimiento de inclusión de las vacunas contra la mpox en la lista de uso de emergencia, lo que, sobre todo, permite que entidades como Unicef o GAVI puedan adquirir dosis para su distribución. GAVI, una alianza entre el sector público y el privado, fundada en el año 2000 por Bill y Melinda Gates, que reúne a la OMS y a los gobiernos para extender el uso de vacunas, ha anunciado que dispone de 500 millones de euros para comprar vacunas contra la mpox. El precio de cada dosis se sitúa en los 100 euros.
El director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus Adhanom, ha hecho un llamamiento mundial en dos direcciones. Por un lado, ha pedido a los países que cuentan con stocks de vacunas que las donen a África (Estados Unidos almacena millones de viales como prevención frente al terrorismo biológico y Europa conserva desde la primera crisis de mpox). Por otro lado, ha reclamado a los fabricantes de las dos vacunas contra la mpox autorizadas en el mundo, KM Biologics, pero sobre todo, la danesa Bavarian Nordic, que agilicen la producción. Bavarian Nordic ya ha anunciado que puede producir 10 millones de dosis hasta finales de 2025 y sus acciones se han revalorizado en Bolsa el 34% en la última semana. Además, ha pedido a la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) que apruebe la vacuna también para los adolescentes de entre 12 y 17 años, una decisión importante en esta crisis. «En África, los jóvenes son el grupo de población que no ha recibido la vacuna contra la viruela humana, que otorga protección contra la mpox», subraya Raúl Rivas, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca.
Pero los problemas para que las vacunas lleguen a la población son variados. No solo los fabricantes tardarán en tener disponibles las dosis suficientes, sino que después costará tiempo hacerlas llegar a regiones de la República Democrática del Congo como Ecuador, Kivu del Sur, Sankuru o Ubangi Sur, todas ellas alejadas de la capital, Kinshasa. «El transporte de estas vacunas es similar a la de la covid. Primero tienen que estar congeladas y una vez que se van a utilizar pueden permanecer a entre dos y ocho grados durante un tiempo», explica el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Jaime Jesús Pérez, que agrega: «La vacunación de enfermedades como la mpox, vinculadas a la transmisión sexual, puede generar rechazo entre los grupos de riesgo ante la posibilidad de quedar estigmatizados».
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Pérez resalta la importancia de inmunizar en las regiones más castigadas por el virus. «Lo fundamental es apoyar la vacunación en estos países porque si se controla la enfermedad en las zonas afectadas, como por ejemplo ha ocurrido con la fiebre amarilla, después va a ser mucho menos probable que nosotros tengamos que tomar medidas», afirma.
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