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Daniel Roldán
Sábado, 10 de octubre 2015, 07:23
Ni el azúcar es uno de los motores del cáncer de mama ni las pacientes tienen prohibido hacer ejercicio físico. Dos creencias, sin rigor científico, que muchas enfermas se han tomado al pie de la letra. Claro que se puede tomar azúcar y hacer deporte, pero la clave es saber cómo. Para guiar en estos dos asuntos, Novartis Oncology ha impulsado la publicación de la guía 'Yo, aquí y ahora: ejercicio y nutrición en cáncer de mama', un proyecto que nace con el objetivo de ofrecer luz sobre estos dos temas, además de dar a los oncólogos una herramienta para que puedan atender mejor a estas pacientes. Un colectivo, que con una prevalencia de cinco años, asciende a 104.000 personas. Y, para este año, se calcula, que otras 25.000 mujeres serán diagnosticadas.
En la guía del ejercicio físico se centra en aquellas actividades que las enfermas de cáncer de pecho pueden realizar según en qué lugar de la lucha contra la enfermedad. No es lo mismo hacer un ejercicio después de la cirugía que durante los tratamientos y, por supuesto, hay que tener en cuenta el tipo de metástasis. Es una terapia complementaria que ha demostrado su eficacia tanto en la reducción de los efectos secundarios de los tratamientos como en el aumento de la supervivencia de las pacientes con cáncer de mama, apunta la doctora Soraya Casal, coordinadora de proyectos de ejercicio oncológico en la Fundación Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam).
La médica explica que estas pacientes, por culpa de los tratamientos que reciben, sufren una pérdida de masa muscular, lo que disminuye la cantidad de calorías que gastan cada jornada. Al gastar menos y comer igual, acumulan una mayor cantidad de grasa. Es lo que se llama obesidad sarcopénica, apunta la doctora, que en las guías indica que estiramientos, flexiones o qué ejercicios de tonificación. Por ejemplo, aconseja evitar la piscina cuando se está recibiendo radioterapia o después de una reconstrucción.
En la guía de la alimentación se explica los beneficios de una dieta equilibrada y saludable acompañado de un recetario diseñado para mejorar los efectos adversos relativos a los tratamientos como la pérdida de apetito, los vómitos, el sabor metálico, las náuseas o los vómitos. Esta guía se ha diseñado pensando en estas pacientes, en sus necesidades e inquietudes para afrontar el cáncer de mama, indica la doctora Rocío Fonseca, oncóloga especialista en nutrición. Aumentar el consumo de pescados y aves, reducir el de carnes rojas, consumir diariamente cinco raciones entre fruta y verdura o beber al menos dos litros de líquido al día, preferiblemente agua, son algunas de las recomendaciones generales.
Pero por ejemplo si la paciente sufre falta de apetito o de energía y cansancio, la experta recomienda realizar comidas de menor cantidad, pero con mayor frecuencia, aprovechar para comer en los momentos que tengas mayor apetito y aumentar la densidad nutricional de tus platos: huevo duro. Por el contrario, hay que evitar los alimentos desnatados y bajos en calorías y aquellos productos azucarados si sientes mucho cansancio o falta de energía. Y la para la creación de platos ha colaborado la che María Marte, responsable del restaurante Club Allard.
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