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José Luis Álvarez
Lunes, 24 de noviembre 2014, 00:08
Los doctores que atendieron a la auxiliar de enfermería Teresa Romero en el Hospital Fundación de Alcorcón avisan de que debe tenerse en cuenta que las primeras fases del ébola no están siempre acompañadas de fiebres altas, según recoge un artículo que firman en la ... revista New England Journal of Medicine.
Estos facultativos destacan en su artículo que cuando la auxiliar acudió por primera vez al médico el 30 de septiembre presentaba una temperatura inferior a 38 grados y malestar general. La fiebre fue aumentando durante los tres días siguientes hasta los 38.
Pero no fue puesta en aislamiento hasta el 6 de octubre, cuando al acudir a las urgencias del Hospital de Alcorcón explicó que había estado en contracto con un paciente con ébola. Entonces Romero ya presentaba, además, debilidad, mialgias, náuseas, tos leve y una erupción en los brazos y el tronco.
Cooperante animada
Mientras tanto, la médico española evacuada el jueves desde Malí permanece «animada» tras pasar su primer fin de semana internada en observación, en el hospital Carlos III de Madrid, según destacaron desde Médico Sin Fronteras, ONG para la que trabajaba cuando se pinchó con una agua que había estado expuesta a material contaminado de un paciente enfermo de ébola.
La cooperante, natural de Navarra, no está aislada y puede moverse sin restricciones por la habitación de la sexta planta del centro médico, algo que sería impensable en caso de presentar alguno de los síntomas de la enfermedad. En todo caso, por expreso deseo suyo, el centro no ofrece parte médico alguno.
Los sanitarios que atienden a esta cooperante tiene que controlar su temperatura dos veces al día para saber si tiene fiebre que, en caso de superar los 37,5 grados, sería un posible síntoma de la temida enfermedad. La rutina terapéutica a la que está sometida la médico es la misma con la que fueron tratados, durante el tiempo que permanecieron en el mismo centro en observación, los facultativos de atención primaria, urgencias, ambulancia y demás personas que tuvieron contacto en su día con Teresa Romero, antes de conocerse que estaba enferma de ébola.
Sólo en el caso de que la médico tuviera algún síntoma que hiciera sospechar que está contagiada con el virus, los facultativos la someterían al test del ébola. De momento seguirá en observación durante los 21 días preceptivos.
En ese caso, la médico sería aislada en una habitación con presión negativa y los facultativos tendrían que volver a vestir los trajes aislantes para tratarla.
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