Las empresas de los cigarrillos electrónicos reclaman al Gobierno una única tasa impositiva

En la actualidad, los cigarrillos electrónicos están considerados como un producto de consumo a los que se les aplica un 21% de IVA. Además, la gran mayoría de los productos son importaciones, con los que se les aplica otras dos tasas impositivas más: una al producto sin líquido (el hardware y material eléctrico de las llamadas pipas), que es de un 3,7%; y otro gravamen está destinado a la botella de líquido con nicotina (de un 6.5%).

Estos dos impuestos, según fuentes del sector, deberían unificarse en uno solo. Es decir, lo que se denomina pipa y la carga tendrían una única tasa y considerarse como un único producto. Este impuesto, según le han trasladado al Ejecutivo central, fluctuaría en su cantidad dependiendo de la cantidad de nicotina que tenga el líquido para vapear, aunque con ciertos límites para conseguir esos 18 millones. Incluido la repercusión del IVA, el gasto al consumidor aumentaría un 11%. El sector podría seguir funcionando, apuntan desde estas empresas que en marzo facturaba 25 millones y generaba empleo, unas 5.000 personas de forma directa y un 40% más de forma indirecta.

Una tasa mayor, según el sector, supondría un gran daño económico al sector y caería el consumo e, incluso, supondría la desaparición del sector que tiene mayor repercusión en Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Baleares. Esta petición se produce después de que varias sociedades científicas y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, entre otras asociaciones, han solicitado a las administraciones tanto nacionales como europeas una equiparación en las prohibiciones de los cigarrillos electrónicos con el tabaco tradicional. Unas peticiones que han aumentado tras la aprobación en las Cortes Generales de la regulación que prohíbe usar estos aparatos en los centros hospitalarios, educativos y transporte público.