La lava engulle el cementerio de Las Manchas, formado por miles de nichos

El camposanto, en el que hay enterrados unos 3.000 familiares de los vecinos de Los Llanos de Aridane y de otros pueblos próximos, llevaba semanas cubierto por montañas de cenizas, pero hasta ahora había logrado esquivar las coladas gracias a un parapeto natural, la montaña del Cogote, una elevación nacida del cono de otra antigua erupción.

Este jueves, sin embargo, una nueva colada en la vertiente sur del volcán, que discurre por la zona meridional de La Laguna, superó el parapeto e invadió los enterramientos. Quebró la simbólica resistencia del cementerio en una jornada con una súbita y potente emisión de lava por la boca principal del Cumbre Vieja.

Los responsables del servicio de emergencias de La Palma no ocultaron al mediodía su preocupación porque se trata de una zona con casas de campo y urbanizaciones, un territorio virgen en el que la colada puede aumentar la destrucción de viviendas. Se trataría de daños materiales, ya que los vecinos están desalojados desde hace días.

El magma llegó a las tumbas mientras buena parte de los vecinos de La Palma, nerviosos, no quitaban ojo al cielo. Un frente de fuertes lluvias entró en la isla por el lado opuesto al volcán, pero amenaza con descargar grandes cantidades de agua sobre la erupción en las próximas horas. Si la previsión se consuma, el agua y las cenizas podrían formar riadas de barro que arrasarían lo que encontrasen a su paso, desprendimientos en las laderas y desplomes de tejados. El mayor peligro se vivirá este viernes, por lo que está decretada la alerta naranja. Se pide a los ciudadanos que eviten deambular por vaguadas, junto a cauces o por debajo de laderas inestables.

El dato positivo es que seis días de limpieza de ceniza permitieron reabrir el aeropuerto.