Parte del antiguo tramo de la N-IV en Despeñaperros que el Ministerio de Transportes quiere recuperar para uso recreativo. J. P.

Al rescate de Despeñaperros, la mítica N-IV del «¿cuánto falta, papá?»

Infraestructuras ·

Un proyecto piloto quiere recuperar el viejo trazado que salvaba el paso a Andalucía y darlo a conocer como vía paisajística con usos recreativos y turísticos. «es una joya de nuestras carreteras

Viernes, 16 de febrero 2024, 00:41

Como aquellos bravos marinos que doblaban el endemoniado Cabo de Hornos y se ganaban el derecho a anillarse las orejas, muchos conductores que lograban superar el temido desfiladero de Despeñaperros se fotografiaban junto a su 600 para inmortalizar la gesta. Superar una de las peores ... carreteras de España, un alambicado punto negro de curvas imposibles y cuestas eternas, sin que el coche te dejara tirado tras horas de agónica subida al rebufo de un camión, bien merecía un trofeo de recuerdo. Muchas familias de los 70 («papá, ¿cuánto falta?») aún guardarán frescos en su memoria aquellos viajes al sur por la mítica Nacional IV que salvaba la escarpada bienvenida a Andalucía, un tremendo 'despeñadero', como sugiere su nombre, aunque la leyenda lo atribuye a la sangrienta Batalla de las Navas de Tolosa, que tuvo lugar en esos lares y en la que los soldados capturados, llamados perros infieles, eran despeñados por los desfiladeros.

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Leyendas al margen, lo que hace apenas medio siglo era un tortuoso trazado con un carril de ida y otro de vuelta, hoy se franquea en lo que duran dos canciones a través de modernos túneles de 100 kilómetros por hora y formidables viaductos.

Ahora la Dirección General de Carreteras (DGC), dependiente del Ministerio de Transportes, ha anunciado un plan de rehabilitación del icónico tramo de la N-IV, un paso de 28 kilómetros en pleno Parque Natural de Despeñaperros, entre Almuradiel (Ciudad Real) y Santa Elena (Jaén). La antigua calzada ha quedado prácticamente en desuso tras la apertura de la espectacular autovía que desde 2011 vuela sobre Sierra Morena.

Se trata de un proyecto piloto que servirá también para preparar «un manual de buenas prácticas» que facilite la conservación de las otras carreteras históricas de titularidad estatal, un singular patrimonio que comprende 5.073 kilómetros de la red viaria más obsoleta y olvidada del país, según un estudio realizado por el Ministerio.

Como en las Vías Verdes

La DGC ha encargado la redacción de este primer proyecto a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFC) por su experiencia en la recuperación de trazados ferroviarios abandonados a través del Programa de Vías Verdes, que acaba de cumplir 30 años. La idea es seguir esa misma estela y buscar usos alternativos a unas infraestructuras viarias de interés paisajístico para que se puedan recorrer tranquilamente en coche, en moto, en bici o en plan senderista, con elementos informativos para su interpretación y áreas de descanso. «Queremos dar una segunda vida a estas carreteras y el proyecto piloto nos permitirá testar distintas posibilidades», apuntan desde Transportes.

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Nostálgicos y amantes de estos asfaltos con pedigrí están «expectantes» ante el anuncio. Uno de ellos es Javier Aguirre, vitoriano de 40 años y autor del blog Carreteras Abandonadas, donde desentraña los secretos de trazados como el de Despeñaperros. Este, cuenta Aguirre, tiene su origen en el paso ideado por el ingeniero militar francés Carlos Lemaur por encargo del rey Carlos III hacia 1783. Hasta los primeros años del siglo XX el camino era frecuentado por bandoleros al acecho de viajeros desprotegidos. Y apenas se alteró hasta la década de los 60, cuando de la mano de un incipiente desarrollo y de una clase media que se abría paso a bordo de los asequibles 600, España descubrió el turismo de sol y playa y necesitaba una carretera para 'bajar' a la Costa del Sol, justo la que ahora se quiere rescatar del olvido.

«No solo hay que disfrutar de su valor natural, hay que recuperar la parte histórica de esa vía», dice Javier Aguirre, del blog 'Carreteras Abandonadas'

«Con el aumento de los visitantes, las carreteras se vieron cada vez más pobladas, principalmente la N-IV. Los embotellamientos hacían de Despeñaperros y su calzada de doble sentido una carretera saturada», cuenta Javier en su blog sobre aquella vía de los 60 y 70. Ya en los años 80, y con el nacimiento de las primeras autovías, «llegó el turno de hacer algo con el embudo en el que se estaba empezando a convertir este punto de la N-IV». Así que se efectuó una duplicación de calzada, «el mal llamado desdoblamiento», en el que la carretera original se convertía en vía de único sentido para el tráfico en dirección a Andalucía, mientras que para los conductores en dirección Madrid se construía una nueva calzada, «de trazado mucho más amable», describe el bloguero.

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Aquella 'nueva' autovía fue inaugurada por Felipe González en julio de 1984 hasta su reemplazo por la actual infraestructura, una proeza de la ingeniería de caminos, operativa desde septiembre de 2011. «La intervención alcanzó un total de 14 kilómetros, con un coste de algo más de 245 millones de euros y dando resultado a una doble calzada de tres carriles por sentido, cinco viaductos y tres túneles, el más destacado de 1.925 metros de longitud y que salva el área de Los Órganos de Despeñaperros», detalla Aguirre en Carreteras Abandonadas.

A Javier le gustaría que la iniciativa para rehabilitar ahora el antiguo tramo de la N-IV «ponga en valor esta joya de nuestras carreteras», dando a conocer su historia, pero también recuperando sus viejos mojones de hormigón y otras señales viales de los 60, 70 y 80 en las que sobre todo abundaban los discos rojos de prohibido adelantar.

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Para Aguirre, la carretera de Despeñaperros goza de un enorme atractivo medioambiental por el entorno paisajístico que la rodea, «pero no solo hay que disfrutar de su valor natural, hay que recuperar la parte histórica, con paneles informativos que cuenten quién la diseñó, quién ha pasado por allí, su funcionalidad…». Y cree que un ejemplo a seguir es lo que han hecho nuestros vecinos portugueses con la N2, que recorre el país de norte a sur, « y que hoy ofrece uno de los mejores viajes por carretera de Europa».

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