El repunte de casos de covid pierde fuerza y bajan las hospitalizaciones

La cifras indican que durante la semana del 10 al 16 de junio el ritmo de crecimiento de los nuevos casos detectados por los profesionales de atención primaria ha perdido bastante fuerza con respecto a las dos semanas anteriores y por primera vez en un mes baja la tasa de hospitalizaciones. A los indicios de que la moderada ola de infecciones que se ha vivido desde finales de abril está a punto de tocar techo se une el que la estadística epidemiológica también parece apuntar a una cada vez más leve afectación clínica de los contagiados.

Las infecciones por 100.000 habitantes registradas por los médicos de familia la semana pasada fueron 128, lo que suponen un 9% más que una semana antes (117). Es un aumento, pero denota una reducción en el ritmo de propagación si se tiene en cuenta que los casos crecían en la primera semana de junio al 27% y en la última de mayo al 30%. Pese a las ocho semanas consecutivas de aumentos de contagios, la tasa de nuevos casos ha estado siempre entre lo que el baremo oficial considera riesgo bajo.

Los síntomas de un descenso en la gravedad de los casos atendidos por los especialistas hospitalarios, un tercio de ellos neumonías, empiezan a aparecer. Por primera vez desde principios de mayo, la tasa de hospitalizaciones por covid por 100.000 habitantes ha retrocedido. Esta tasa, pese a ser del doble que la de hace un mes, mermó la semana pasada. De que ingresasen por esta infección 4,3 españoles de cada 100.000 a 3,5, un retroceso significativo del 18% en siete días.

Los pacientes que por su gravedad tuvieron que ser llevados desde las urgencias o una planta a una cama de UCI también se redujeron por primera vez en semanas, aunque de forma más leve, al pasar del 4,1% al 3,9%. El no aumento de la gravedad entre los contagiados también lo refleja el hecho de que el porcentaje de quienes fallecen por covid este estancado en el mismo 8,4% de la semana pasada.

La variante del virus identificada en mayor proporción tanto en las infecciones atendidas en atención primaria como en las de los hospitales, en seis de cada diez casos, fue la BA.2.86, conocida como pirola, una subvariante de ómicron, el linaje que ha encabezado la mayoría de los nuevos contagios desde su aparición en diciembre de 2021.

El Ministerio de Sanidad, la semana pasada, antes de que se iniciase la moderación de la ola, ya aclaró que pese a las subidas de contagios la situación no es alarmante, porque la mayoría de casos detectados son leves. Pese a ello recomendó que los ciudadanos sigan las prevenciones habituales (uso de mascarilla si se tienen síntomas, evitar aglomeraciones, lavado de manos) para frenar la propagación del virus y, sobre todo, que se extreme la protección de las personas más vulnerables, bebés, ancianos y enfermos crónicos, que son también entre quienes la infección tiene evoluciones más graves.

Los especialistas, de igual forma, restaron relevancia al repunte porque creen que es algo episódico. Consideran que al partir esta primavera de cifras muy bajas de contagios (a principios de mayo eran 26 por 100.000) era fácil duplicarlas y también era previsible que se produjesen pequeños picos epidémicos ocasionales ya que la enfermedad, a diferencia de la gripe, no tiene un perfil estacional y puede aparecer en verano.

Relacionan el incremento de los hospitalizados por covid con que muchas personas de riesgo, sobre todo mayores, no se vacunaron en la campaña del pasado otoño, cuando se administró la doble inyección contra la gripe y el covid. El virus va a seguir circulando y si los ciudadanos no se refuerzan con vacunas de recuerdo pueden perder poco a poco parte de la inmunidad, motivo por el que animan a la población vulnerable que no lo haya hecho a acudir a que le administren una dosis de refuerzo.