Ralf Schumacher, el piloto que salió del armario

El automovilismo, como el fútbol, es uno de los últimos reductos donde la homosexualidad se antoja algo intrínsecamente ajeno y cierta masculinidad tóxica abruma el ambiente. Ambos comparten varias características, como la escasa o nula presencia de mujeres, el culto de masas enfervorecidas y enormes inversiones económicas, en suma, un mundo de hombres que no parecen amar a otros hombres. Hasta que llegó Ralf. No es el primero, pero sí el más famoso de todos aquellos conductores que han revelado su condición gay. Le han precedido el portugués Mario 'Nicha' de Araújo Cabral y el británico Mike Beuttler, un individuo que nunca ocultó sus preferencias sexuales en tiempos díficiles. Compitió durante los años 70 y falleció en 1988, víctima del sida. Además, se declaró lesbiana Lella Lombardi, la propietaria del mejor currículum de las escasas cinco pilotos que han competido al más alto nivel.

Ralf es el otro Schumacher, el hermano pequeño de Michael, también conocido como el 'Kaiser', el gran campeón que atesora siete mundiales. La felicidad de quien hoy revela y asume su condición sexual, contrasta con la situación dramática de la gran figura de la competición, que parece mantenerse en estado vegetativo desde que en 2013 sufriera un accidente de esquí que le produjo graves daños cerebrales.

La fama del mayor ha eclipsado la carrera del segundo de la familia, con una trayectoria más modesta, pero también relevante. Durante su vida deportiva, entre 1997 y 2007, corrió para los equipos Jordan, Williams y Toyota, acumulando seis victorias y 27 podios en los 182 grandes premios que disputó. También ha sufrido varios accidentes graves, dos de ellos consecutivos en el circuito estadounidense de Indianapolis.

Tras su abandono de la Fórmula 1 se sumó a la escudería de Mercedes-Benz para participar el DTM, campeonato automovilístico que se celebró en Alemania desde 2008 hasta 2012. Después de retirarse definitivamente de las carreras, ha ejercido como comentarista en programas deportivos, y desarrollado varías líneas de negocio, desde un restaurante a una bodega en Eslovenia, una línea de cosméticos masculinos o su propio equipo de Fórmula 4.

Los hijos de un propietario de un circuito de karts de la localidad de Kerpen, cerca de Colonia, se empaparon de la pasión por los coches de su padre y han conseguido trasmitir este sentimiento a sus vástagos. David, el único descendiente de Ralf, es piloto, como su primo Mick, y ha felicitado a su padre por la decisión de hacer pública su relación con el francés Etienne, gestor de sus inversiones, según algunas informaciones. Antes de esta relación estuvo casado con Cora-Caroline Brinkman, ex modelo y presentadora de la televisión germana que también ha mostrado públicamente el apoyo a su ex cónyuge.

El deporte tiene la capacidad de cambiar el mundo, según reza el perfil de Ralf Schumacher en la red social, y, quizás, no se halle desencaminado, al menos en el mundo de la máxima velocidad. Su aportación resulta indudable, aunque no es el único caso de compromiso con la libertad sexual. El casco de Lewis Hamilton luce la bandera arco iris como muestra de su compromiso con la causa LGBTQ+ y Sebastian Vettel declaró hace dos años que el automovilismo se encontraba capacitado para acoger a pilotos homosexuales e, incluso, afirmó que constituiría un estímulo para acabar con los prejuicios.

La reacción ante los comentarios del piloto Juri Vips también demuestra que algo se está transformando. Hace dos años, durante una sesión de videojuegos 'online', esta joven promesa de Red Bull hizo comentarios racistas y homófobos que provocaron un general rechazo. Entre otras cuestiones, rechazó el color rosa porque lo consideraba 'demasiado gay'. La firma lo expulsó, posiblemente temerosa de las consecuencias entre sus patrocinadores.

Pero los signos de apertura también se enfrentan a una realidad aún inquebrantable. El 'coming out' de deportistas de elite como el deportista Schumacher o el futbolista Thomas Hitzlesperger ha tenido lugar tras decir adiós a la competición. El también alemán Marcus Urban, que también reveló su condición tras colgar las botas, ha puesto en marcha una iniciativa denominada 'Sports Free' para impulsar la salida del armario de deportistas en activo. Aún no ha conseguido que se sume a su proyecto alguna de las figuras de las grandes ligas, un ídolo del motor o alguien extraordinario raqueta en mano. El miedo todavía se impone.