Quince años de cárcel por maltratar y dejar desangrarse durante horas a su pareja en Almería

El fallo de la Sección Segunda, señala que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima de unos cuatro años entre 2014 y 2018, residiendo juntos en el mismo domicilio de Albox durante este periodo, en el que con «ánimo de menoscabar la integridad física» de la mujer, la «golpeó en numerosas ocasiones por todo el cuerpo».

«Asimismo, con la finalidad de tenerla sometida, aparentó situaciones de suicidio en varias ocasiones», asegurándose en todas ellas de que «ella estuviera presente pero consistiendo siempre esos supuestos intentos en unos cortes superficiales en ambos brazos de manera que nunca peligrara su vida». Todo esto creó un «clima de terror», según la sentencia.

Sobre la muerte de la mujer, indican que hacia finales de marzo del año pasado se encontraba «muy enferma y debilitada, hasta el punto de que tenía problemas para mantenerse en pie y caminar por sí sola». Así las cosas, y a pesar de conocer su estado de salud, el acusado le propinó varios golpes en el baño de la vivienda sobre las 12:30 horas del 30 de marzo del año pasado. Uno de los «intensos» golpes en la cara alcanzó el ojo izquierdo de la mujer, que cayó hacia atrás.

Aunque el jurado no acreditó que lo hiciera «con el ánimo de causarle la muerte», tal y como refleja el magistrado ponente del fallo, esta caída hizo que la cabeza de la víctima impactase con una superficie dura, lo que a su vez derivó en una «hemorragia externa con pérdida de sangre suficiente para producir la muerte en condiciones normales y más aún en el estado patológico en que se encontraba la agredida».

«A pesar del sangrado continuo» de la víctima, M.P. «no avisó en ese momento a los servicios de urgencias sino que la desplazó hasta el dormitorio, la tumbó sobre la cama y la dejó allí desangrándose, asumiendo como algo cierto que en esas circunstancias moriría».

De esta forma, la agredida murió entre 6 y 8 horas después de la agresión «como consecuencia de un sangrado lento y continuo hasta producir un cuadro de hipotensión, anemia aguda, disminución del nivel de conciencia, instauración de un shock hipovolémico irreversible y fracaso multiorgánico».

Una vez fallecida, el acusado trasladó su cadáver hasta el sofá del salón y llamó al 112 sobre las 20:46 horas de dicho día, lugar en el que fue encontrado por los servicios de emergencia «completamente tapado».

Por estos hechos, M.P. ha sido condenado a dos años y tres meses por un delito de maltrato habitual, por el que también se priva del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años y medio, y a 13 años de cárcel por un delito de homicidio, por el que también se le impone la medida de libertad vigilada durante 10 años y a indemnizar con 135.000 euros a la hija de la víctima.