Secciones
Servicios
Destacamos
La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado este miércoles a Cristina Rivas, joven de 35 años, a una pena de prisión permanente revisable por el asesinato con alevosía, en mayo de 2021, de su hija Yaiza de cuatro años en Sant Joan Despí (Barcelona). Después de que un jurado la declarara culpable, es ahora la Audiencia de Barcelona la que ha dictado sentencia, en la que determina que «queda acreditada la intención de la acusada de causar el máximo daño psicológico posible al padre de la menor no solamente matándola, sino culpabilizándole de la muerte y de la suya propia».
El fallo sostiene que la madre, asesinando a su hija, «se aseguraba que causaba un daño psicológico irreversible al padre del que ni podría haberse defendido ni podría recuperarse, asestando el más duro golpe que se puede propinar a cualquiera, acabando con la vida de su hija». Por ello, la sentencia señala que procede deducir testimonio de la presunta comisión, por parte de la acusada, de un delito de maltrato psicológico hacia su expareja sentimental.
El origen del asesinato fue la ruptura de la pareja. La autora del crimen intentó volver con el padre de la víctima, pero éste ya había iniciado otra relación sentimental. «La constante negativa a su pretensión motivó un estado creciente de enfado, rabia, tristeza y frustración en la acusada que se materializó en la metódica planificación de la muerte de su hija y de su propio suicidio con el objeto de causar el mayor sufrimiento posible al padre», afirma la sentencia.
Le dio pastillas para sedarla en su casa y horas después la asfixió con una bolsa de plástico. Ella intentó suicidarse con pastillas. «Consideramos probada la planificación metódica tanto del propio suicidio como de la muerte de su hija», según el fallo judicial, que cita las búsquedas que hizo en internet de artículos y páginas relacionadas con la muerte, sobre suicidio, sobredosis, drogas, sobre medicamentos, asesinatos de niños, en especial casos mediáticos de violencia vicaria.
La justicia da por probada la «intención de causar el mayor sufrimiento posible» al padre por las palabras que escoge la madre en la redacción de su carta de despedida: desde la dedicatoria del sobre («para el culpable de todo esto, gracias»), hasta el contenido de la misiva («Aquí tienes lo que te mereces, porque has hecho que me quite la vida y sé que te alegrarás de mi muerte, pero vas a llorar la muerte de mi hija, de tu hija», «suerte y gracias por conseguir que mate a tu hija»).
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.