Secciones
Servicios
Destacamos
Iñigo Villamía
San Sebastián
Lunes, 22 de enero 2024, 09:00
«Yo la primera vez que vi porno fue con ocho años. Estaba con mi primo de quince y me lo puso en plan broma, pero me quedé impresionado», asegura un alumno de 2º de Bachillerato de un colegio de San Sebastián. En la semana ... en la que el gobierno de Pedro Sánchez ha puesto el foco sobre el acceso juvenil a la pornografía, nos acercamos a estos chavales y, tras hablar con ellos, corrobora lo que reflejan los alarmantes informes: la facilidad con la que los jóvenes, la mayoría menores de edad, acceden a material pornográfico de gran dureza es patente a una edad, además, cada vez más temprana.
«Nosotras no tenemos mucho contacto con ese mundo, pero cuando hablamos con ellos al respecto nos dicen sin tapujos que con doce años ya veían porno y se masturbaban», confirma un grupo de chicas a las puertas de su instituto. Para ellas lo peor de este asunto es que a la hora de mantener relaciones sexuales con jóvenes de su edad «algunas se ven forzadas a hacer cosas sexuales que les piden porque lo han visto en esas películas o páginas». Y, claro, «por no fastidiarle al chico o simplemente por corte, acceden a hacerlo», comenta una durante el recreo.
Algunos datos reflejan el impacto de esta realidad. «Nuestro primer acceso al contenido pornográfico fue con doce o trece años», reconoce una cuadrilla de chicos del mismo curso. «Me asusté un poco porque no esperaba escenas así», aclara uno de ellos, que preguntados por cuándo accedían a él explica que, generalmente, lo hacían en grupo. «Me acuerdo que estábamos en un torneo y cuando nos juntamos todos alguien propuso entrar en Pornhub, la denominada plataforma amarilla y más visitada, y veíamos todo lo que recomendaban».
Noticia relacionada
Óscar Beltrán de Otálora
Según un estudio de la profesora de la Facultad de Educación de la UPV/EHU de Bilbao María Dosil Santamaría, el 70% de los jóvenes entre 13 y 18 años visita páginas pornográficas unas dos horas por semana en esos cinco años, y algunos incluso superan las mil horas de visionado. Save the Children, por su parte, publicó un estudio en 2020 reconociendo que el 62,5% de los jóvenes de entre 13 y 17 años que habían participado en el trabajo habían consumido porno. Más de la mitad lo hizo antes de cumplir los trece años e incluso un número importante confesaba su primer contacto con tan solo ocho años.
Hay diferencias por países y género: España es uno de los territorios con mayor acceso de los jóvenes y los varones duplican las visitas con respecto a las mujeres –81,6 frente al 40,4%–. Desde el año 2000 y, sobre todo, tras la pandemia, donde creció en consumo un 61%, las cifras se vienen disparando. «Es que es muy fácil acceder», subrayan los alumnos. También mentir a las plataformas. «Basta con hacer un simple clic en la pestaña en la que aseguras ser mayor de edad y ya tienes vía libre», insisten.
Las chicas, al parecer, viven la pornografía desde una mayor distancia. «Es verdad que nosotras consumimos menos y también empezamos las relaciones sexuales más tarde», relatan. En este sentido hay también un adelanto: mientras las mujeres entre 45 y 50 años comenzaban sus relaciones en torno a los 19, la generación de jóvenes actuales lo hace a los 16, tres años antes. De hecho, han aparecido también nuevas preocupaciones por el incremento de las agresiones sexuales entre jóvenes, la exhibición de contenidos eróticos propios, el acoso o la intimidación. Según estos chicos, el carácter privado de muchas de estas acciones dificulta su ataque.
Tanto chicas como chicos denuncian el machismo que se ve en el porno. «Parece que la obligación de las mujeres es solo dar placer a los hombres y no al revés, ellas aparecen sometidas», dice un joven, quien arremete también contra la violencia habitual en la sexualidad hacia las mujeres. Además, subrayan, «te dan una imagen idealizada. Parece una película, que todo sale bien siempre, que es todo placer. Pero luego, cuando lo practicas en realidad, ves que es muy distinto». Estos alumnos comparten que «la pornografía es muy irreal. Las chicas consienten todo, todo sale bien, nunca hay fallo. No hay gatillazos...». Hay incluso quien confiesa conocer algún caso de gente cercana que «ha intentado poner eso a prueba y no le ha salido bien y eso, a veces, lleva a la frustración», detalla.
Combatir esta lacra no es fácil. Lo han intentado Francia, Gran Bretaña o algunos estados de EEUU. El pasado martes el Gobierno central anunció un plan integral contra la proliferación del uso pornográfico entre la juventud. Los expertos dicen que no es tarea fácil limitar el acceso. Los alumnos lo corroboran y piensan que el acceso a este tipo de páginas «debería estar más controlado», si bien hay quienes piensan que «una cosa es no poder verlo con 13, pero con 16... quizá ya es otra cosa».
El fiscal portavoz de Guipúzcoa, Jorge Bermúdez, en una entrevista publicada el domingo pasado en este periódico, aseguraba que «si vas a cualquier página porno no hay ningún control de la edad». «Nadie sabe a dónde lleva el botón de 'no tengo 18 años' porque nadie lo ha pulsado jamás».
En ese sentido, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha encargado a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre una aplicación de reconocimiento, pero es complejo no invadir la intimidad si se introduce un modelo facial o similar. Los investigadores dicen que nadie ha conseguido aún un sistema bueno y fiable de limitación de acceso, mientras que la ministra de Educación, Pilar Alegría, apostó por que se tuvieran resultados para el verano. De forma gráfica reveló incluso el objetivo de su acción. «Intentamos que si yo accedo desde mi móvil pueda entrar, pero si lo hace mi hijo de diez años un mecanismo detecte su edad e impida su entrada».
Una coincidencia general es la necesidad de más educación sexual. «Echamos en falta más charlas o formaciones al respecto en el instituto. Ha quedado demostrado que sigue siendo un tema tabú, pero como es algo que nos da vergüenza comentarlo en casa con nuestros padres, es más fácil que sean profesores o expertos quienes nos informen», remarcan. «Nos hablan de sexualidad, pero no del porno, y estaría bien para saber cuáles son nuestros límites». Según detallan, ni siquiera es algo que hablen demasiado entre ellos «ni con las chicas. Es como más privado».
También el Gobierno Vasco ha recogido la preocupación y ha convocado para esta próxima semana una jornada obligatoria para todas las escuelas formando a 2.000 profesores. Conscientes de que siete de cada diez jóvenes consumen porno regularmente, que el 30% reconoce que es su única fuente de información sexual, el Gobierno pretende utilizar la educación como herramienta fundamental.
En estas jornadas se pretende, por tanto, dar protagonismo a los jóvenes de 3º de la ESO, con testimonios de alumnado de 14 y 15 años, y se propugna establecer herramientas que ayuden tanto a jóvenes como a las familias para mejorar la empatía y el respeto sexual. Las alarmas están disparadas, como se pudo observar recientemente en Gipuzkoa cuando alrededor de mil menores participaron en un chat pornográfico, violento y xenófobo. Por ello, Save the Children recuerda la importancia de la formación preventiva desde muy jóvenes para, de una manera abierta, combatir estas actitudes negativas en edades tan tempranas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.