Primera demanda contra una petrolera por ignorar los riesgos climáticos

«Es el primer caso en el mundo que busca responsabilizar a los directores corporativos por no preparar adecuadamente a su empresa para la transición neta cero», han reivindicado los impulsores de la querella.

La demanda, de la que se ha hecho eco toda la prensa económica internacional por su excepcionalidad, llega justo después de que la empresa publicara beneficios récord de 40.000 milllones de euros en 2022 por el incremento del precio de la energía. Senda que siguen otros gigantes del sector, que en estos días publican resultados espectaculares.

La demanda de ClientEarth cuenta con el apoyo de un grupo de inversores institucionales que poseen colectivamente más de 12 millones de acciones de la empresa y 450.000 millones de libras (508.000 millones de euros) en activos totales bajo administración.

Entre otros nombres, destacan: los fondos de pensiones del Reino Unido Nest y London CIV, el fondo de pensiones nacional sueco AP3, el gestor de activos francés Sanso IS, Degroof Petercam Asset Management (DPAM) en Bélgica, así como Danske Bank Asset Management y los fondos de pensiones Danica Pensión y Pensión AP en Dinamarca.

La relevancia de esta demanda, además de que es la primera de su naturaleza, está en cómo puede influir de ahora en adelante en la responsabilidad de los directivos de compañías, a la hora de tomar decisiones que puedan tener implicaciones en el cambio climático.

Paul Benson, abogado de ClientEarth, explicó que Shell está obteniendo ganancias récord (...) pero el cambio a una economía baja en carbono no solo es inevitable, sino que ya está ocurriendo. Y aún así, la Junta de la petrolera persiste con una estrategia de transición que es fundamentalmente defectuosa, dejando a la empresa seriamente expuesta a los riesgos que el cambio climático representa para el éxito futuro de Shell».

En suma, la querella no habla de las consecuencias que el negocio de Shell, esto es la quema de combustibles fósiles, tiene para el planeta, sino el riesgo que supone para todos los inversores que la compañía no esté teniendo ya en cuenta en sus estrategias un futuro de energías renovables, que ya está se está construyendo.

Según los inversores demandantes, entre los que se encuentra la propia organización de derecho ambiental que ha presentado la querella ante el Tribunal Superior británico, no se está teniendo lo suficientemente en cuenta en su estrategia global.

Shell rechazó las acusaciones y dijo que sus objetivos climáticos eran ambiciosos y estaban en camino y que sus directores cumplieron con sus deberes legales y actuaron en el mejor interés de la compañía. «El intento de ClientEarth de anular la política de la junta aprobada por nuestros accionistas no tiene mérito», trasladó un portavoz a Reuters.

Los demandantes insisten en que «si se rasca la superficie» se puede ver que la inversión en renovables de la compañía es «minúscula». «Shell está desperdiciando una oportunidad de oro para posicionar a la empresa en los mercados energéticos del futuro», concluyó el citado abogado portavoz.