Nace en Mallorca el primer bebé europeo gestado por sus dos madres

El innovador proceso médico de reproducción asistida hizo que su embrión estuviera primero durante cinco días en el vientre de Estefanía, quien según sus propias palabras actuó «como si fuera una incubadora». El resto del embarazo transcurrió en el útero de su otra progenitora, Azahara, que dio a luz al niño en la maternidad del Hospital Juaneda Miramar de Palma. El parto no fue fácil, dado que el crío venía de nalgas.

«Ha sido algo muy especial», se han felicitado las madres de Derek Eloy, nombre con un doble significado y con el que se inscribirá al recién nacido: Derek porque será el «gobernante», y Eloy porque fue «el elegido».

Estefanía, de 30 años, y Azahara, de 27, acudieron en marzo pasado a la clínica especializada Juaneda Fertility de Palma. Querían ser madres y decidieron intentarlo a través del novedoso sistema INVOcell, una técnica alternativa a los métodos reproductivos convencionales que permitía a las dos mujeres participar al máximo en el embarazo.

Se optó porque fuera Azahara quien se embarazara, dado que Estefanía sufrió en su día una operación de estómago y debía controlar su alimentación. Pero fue la posibilidad de que Estefanía llevara antes el embrión en su organismo durante cinco días lo que les decidió por este nuevo procedimiento.

INVOcell es un dispositivo que funciona como una pequeña incubadora. Pero a diferencia de las de un laboratorio, se implanta bajo el cuello uterino de una de las dos mujeres. «Eso permite que el desarrollo del embrión durante los primeros días tenga lugar dentro del cuerpo, en lugar del laboratorio», ha aclarado el doctor Gustavo Carti, coordinador médico de la Unidad de Reproducción Asistida de Juaneda Fertility. Desde la clínica destacan que este procedimiento «aporta un gran valor emocional» al permitir que ambas mujeres compartan la gestación del embrión.

El Instituto CEFER de reproducción asistida precisa en su portal que El INVocell es un dispositivo en el que se implantan los óvulos y el semen antes de introducirlo en la vagina de la mujer. Viene a sustituir a las incubadoras del laboratorio, de modo que la fecundación y las primeras etapas del desarrollo embrionario se dan en el cuerpo de la paciente.

El método permite que la gestante se vaya a casa con el dispositivo en el que se está produciendo la fecundación. En él se colocan uno o dos óvulos, de modo que se formarán uno o dos embriones como máximo. El sistema permite que el resto de ovocitos se pueda congelar, como ocurre en otros tratamientos reproductivos, según precisan los especialistas en fecundación in vitro y del laboratorio balear.

Con el embrión desarrollado se extrae el INVOcell y su carga viral y el embrión se transfieren al útero de la pareja. Es la segunda madre la que lleva a término el embarazo y pare a la criatura.

Es posible transferir hasta tres embriones, según la ley en vigor, aunque se recomienda un máximo de dos. Los pacientes pueden, con todo, decidir si generan un número determinado de embriones, lo que se refleja en el consentimiento informado que se debe conocer y firmar antes de iniciar el proceso.

Los encargados de aplicarla advierten que esta técnica, que se utiliza desde hace bastante tiempo en Estados Unidos y Latinoamérica, «no viene a revolucionar la reproducción asistida». Pero sí destacan que el caso de Derek Elías es «significativo» no tanto por ser el primer embarazo en estas condiciones en Europa y sí porque sean dos mujeres las que han gestado juntas.

El equipo de Carti está compuesto por Felipe Gallego, director del laboratorio y la doctora Miriam Mateos, que fueron los encargados de controlar la evolución del embarazo y quienes han pasado a forman el primer equipo médico europeo que logra el primer bebé gestado en el vientre de dos madres.