Secciones
Servicios
Destacamos
Alfonso Torices
Madrid
Martes, 30 de julio 2024, 14:15
El Consejo de Ministros aprobó hoy el anteproyecto de ley de alcohol y menores que, entre una amplia batería de medidas, prohíbe que cualquier persona pueda consumir alcohol en los centros educativos (de Primaria a Bachillerato y FP), en los centros de menores, en las ... residencias de estudiantes y también en los centros deportivos o de ocio cuando haya eventos destinados especialmente a niños y adolescentes. Para que estos vetos se cumplan y respeten, la norma, impulsada por el Ministerio de Sanidad, autoriza a las fuerzas de seguridad a realizar controles de alcoholemia en los lugares y eventos donde el consumo de alcohol esté prohibido.
La nueva ley, que antes de ser remitida al Parlamento para su aprobación deberá recibir aún las alegaciones de las organizaciones afectadas y de los órganos consultivos, es el primer marco integral de ámbito nacional destinado a prevenir el consumo de alcohol entre los menores (retrasando la edad de inicio), a reducir las borracheras y botellones, a ayudar a los adolescentes que, aún así, lo consumen y a taponar los agujeros que en algunas normativas autonómicas permiten eludir la prohibición general de venta alcohol a menores.
Como recuerda la propia norma, las regulaciones autonómicas y locales hasta ahora no han sido suficientes como lo demuestra que dos de cada tres chicos de 14 a 17 años han ingerido alcohol en el último año y más de la mitad, el 57%, en el último mes, que la edad de primer consumo se sitúe en los 14 años y de la de ingestión semanal en los 15. El 42% se ha emborrachado alguna vez en el último año (sobre todo las chicas), la mitad ha participado el año pasado en botellones y un 28% se ha dado un atracón de alcohol en el último mes. Años de teórica prohibición no impiden que hasta el 93% de los jóvenes considere fácil o muy fácil conseguir estas bebidas cuando las quiere. El objetivo es acabar con el alza de consumo adolescente de alcohol que se deriva de una gran tolerancia social, una enorme disponibilidad y la falta de percepción de los graves daños que causa a la salud.
Estas son algunas de las medidas que incorpora el anteproyecto:
El anteproyecto prohíbe a cualquier persona el consumo de alcohol en centros docentes desde Educación Infantil a Bachillerato, FP y las enseñanzas especiales, en centros de protección de menores y residencias de estudiantes que admitan a adolescentes, en otros centros destinados al uso de menores y en centros deportivos, de ocio o en espacios dedicados a espectáculos públicos cuando haya sesiones que se hayan concebido expresamente para menores.
Las fuerzas de seguridad podrán realizar pruebas de alcoholemia (con etilómetros) en los lugares y en las circunstancias específicas donde el consumo de alcohol esté prohibido. Quienes den positivo serán sancionados. Las multas impuestas a los menores por la comisión de la infracción leve relacionada con el consumo de alcohol podrá ser suspendida a cambio de la participación en programas preventivos de sensibilización y concienciación o rehabilitadores.
Prohíbe la venta ambulante y sin licencia administrativa en la vía pública y en los demás lugares y circunstancias establecidos en otra ley estatal o autonómica o en una ordenanza municipal. De igual forma, las máquinas de suministro automático de bebidas alcohólicas no podrán instalarse en la vía pública ni en lugares donde esté prohibida la venta o consumo de bebidas alcohólicas. Estas máquinas deberán incorporar mecanismos técnicos eficaces, con vigilancia y custodia directa, que permitan impedir su adquisición por niños y adolescentes.
La exposición y acceso a las bebidas alcohólicas en los establecimientos de autoservicio deberá limitarse a un espacio concreto dentro del propio local que esté separado de los espacios con productos específicamente destinados a los menores. En las tiendas dedicadas mayoritariamente a la venta de productos para menores no podrán venderse bebidas alcohólicas ni otros productos que los imiten, ni exhibirse en los escaparates o en el interior, aunque estén vacíos.
Las administraciones públicas, a la hora de adoptar limitaciones a la apertura o instalación de establecimientos, podrán tener en cuenta los siguientes aspectos: la densidad o concentración de puntos de venta minorista de bebidas; la existencia y proximidad a los puntos de comercialización minorista de bebidas alcohólicas de centros educativos, de centros de protección social de personas menores o de establecimientos en los que se desarrollen espectáculos o actividades recreativas públicos y a los que puedan acceder niños y adolescentes.
Las administraciones implantarán protocolos, especialmente en atención primaria, para detectar el consumo de alcohol en menores, incluirán registros de consumo de alcohol en la historia clínica, considerarán el contexto familiar de menores con problemas de adicciones y promoverán actividades de educación para la salud en centros sanitarios, educativos y de protección. Además, deben facilitar el acceso al tratamiento a aquellos chicos que presenten un consumo problemático o adicción.
Prohíbe cualquier forma directa, indirecta o encubierta de publicidad de bebidas alcohólicas o productos que simulen ser una bebida alcohólica, incluyendo el nombre comercial, símbolos o marcas de las empresas productoras, cuando esté dirigida a menores. No se podrá usar la imagen o la voz de: personas con menos de 21 años; mayores disfrazados de menores; personas o personajes, reales o de ficción, cuya relevancia pública o su popularidad estén vinculadas con los niños o adolescentes o de mujeres en estado de gestación. Respecto al lenguaje, no se podrán utilizar argumentos, estilos, tipografía o diseños asociados a la cultura de los menores o vincular las bebidas alcohólicas con la mejora del rendimiento físico, el éxito social o sexual. Tampoco se podrán usar términos equívocos o ambiguos como «consumo responsable» o «moderado».
Los colegios e institutos impartirán nuevos contenidos sobre prevención del consumo de alcohol en Primaria, ESO, FP y Bachillerato y también se incluirán en los planes de estudios universitarios y en la formación del profesorado.
Se pondrán en marcha programas para concienciar a las familias sobre los riesgos del alcohol y para dotarlas de herramientas para prevenir su consumo en menores. Se prestará especial atención a familias en riesgo de exclusión social o con menores afectados por el consumo de alcohol.
Existe una amplia evidencia científica, cada vez más precisa y abundante, sobre la especial vulnerabilidad de los menores al consumo de bebidas alcohólicas, por estar en etapas de desarrollo en las que la maduración física, psíquica y social todavía no se ha completado. El hígado, el páncreas y especialmente el cerebro todavía se están desarrollando y madurando. Su cuerpo es muy vulnerable a sus efectos y puede verse gravemente afectado por el alcohol. Interfiere con el desarrollo madurativo del sistema nervioso central, produciendo déficit relacionados con la capacidad de concentración y resolución de tareas, tanto en este periodo como para el futuro. Respecto a los daños psicosociales, el consumo de alcohol genera peor rendimiento académico (al producir déficit de memoria y de atención), subyace en conflictos familiares y con los demás jóvenes y es causa de accidentes. El inicio temprano en el abuso del alcohol, además, es un predictor de dependencia futura de sustancias y de otras problemáticas cognitivo conductuales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.