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Ruido, prisa, incertidumbre... El actual ritmo frenético degenera en que muchas personas padezcan de uno de los grandes problemas de la sociedad del siglo XXI. «Existe una inmensa soledad», admitía este miércoles el vicario de Pastoral de la diócesis riojana, Víctor Manuel Jiménez, en la ... presentación de una herramienta que pretende paliar este mal y el sufrimiento en general a través de la capacidad sanadora de escuchar. Por eso, nace en La Rioja el Centro de Escucha Diocesano, un espacio en el que «cualquiera que sufra por cualquier causa puede iniciar un proceso de escucha sanadora, empático», agregaba Jiménez.
La iniciativa riojana adopta el modelo implantado desde hace años en Madrid y ya el año pasado varios voluntarios riojanos se trasladaron a la capital para comenzar una formación específica en técnicas de 'counselling'. Poco a poco se ha ido nutriendo este grupo de voluntarios que se encargará de atender a todo aquel que esté interesado.
Están liderados por el director del Centro, el sacerdote Ajay Nazareth, quien insistió este miércoles en que «cada ser humano necesita ser escuchado, especialmente en momentos de crisis». «Siempre vamos corriendo hasta que llega una crisis y entonces se nos para el mundo. Y no hay nadie que escuche, que se detenga a escuchar qué le pasa a esa persona que sufre», abundaba Nazareth para explicar de qué necesidad parte el Centro de Escucha, que está «abierto a todo aquel que necesite ser escuchado, especialmente en los casos de duelo por las pérdidas». La idea es que la persona que reclama ayuda «descubra las herramientas que tiene en su interior para seguir adelante con su vida».
Por su parte, una de las voluntarias del centro, Isabel Galarreta, se volcaba en dejar patente la importancia de escuchar para ayudar a los demás. E incidía vehementemente en que el centro está abierto «a todo el mundo, de cualquier condición y confesión religiosa», es totalmente gratuito y está preparado para quien lo necesite.
Que escuchar despliega una faceta curativa lo verbalizaba con su experiencia Rosa Sáinz, una voluntaria que hace un año recurrió a los 'servicios' del centro al encontrarse en un momento muy duro de su vida. «Estaba bloqueada emocionalmente, anquilosada, con un sufrimiento que se había enquistado durante años y que no hacía más que empeorar», rememoraba Rosa. «Lo de menos es quién te escucha sino que lo haga; de hecho, es importante que no te conozca, porque así no te juzga», señalaba antes de ahondar en que «hablar conecta con tu subconsciente y te ayuda a expresar tus sentimientos».
Los interesados pueden ponerse en contacto por teléfono (941 25 65 65), correo electrónico (centrodeescucha@iglesiaenlarioja.org) o presencialmente en la parroquia logroñesa de Carmelitas, donde se ubicará físicamente el centro.
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